Recuerdos de la Escuela Normal de Profesores

Las reuniones con excompañeros de colegio son de los mejores momentos que podemos vivir de adultos, después de habernos dicho adiós un día para continuar la vida, para crecer. Instituciones como la Escuela Normal de Profesores N° 1, una de las más tradicionales escuelas públicas de Asunción, dejan recuerdos imborrables, sobre todo en esta época de colaciones y más aún si los estudios de infancia coincidieron con la cruenta revolución de 1947.

David Velazquez Seiferheld muestra una revista de la Escuela Normal de Profesores N° 1.
David Velazquez Seiferheld muestra una revista de la Escuela Normal de Profesores N° 1.CELSO RIOS

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La excusa de los 70 años de egreso de la primaria de un grupo de varones es más que propicia para hacer historia y conocer más de este centro de educación emblemático del Paraguay. Cincuenta hombres, padres y abuelos ya, recuerdan esas vivencias de la niñez.

Los 50 niños que empezaron las clases en 1947 en la Escuela Normal y egresaron como integrantes de la Promoción 1951.
Los 50 niños que empezaron las clases en 1947 en la Escuela Normal y egresaron como integrantes de la Promoción 1951.

Unos 50 niños iniciaban sus estudios primarios en la Escuela Normal de Profesores Nº 1, actual Colegio Nacional Presidente Franco, en 1947, en el año de la cruenta revolución, y egresaban en 1951, pese a la difícil situación.

La separación escolar al final de los estudios es siempre ineludible, pero la amistad y el compañerismo perduraron por siempre. En varios de estos encuentros lograron la participación de sus queridas maestras, responsables de su educación. El tiempo y la vida los formaron en diferentes ideologías, partidos políticos, clubes de fútbol y profesiones. De aquellos iniciales 50 niños, hoy quedan vivos una docena de hombres maduros con la misma alegría y sana complicidad de antaño.

Con motivo de los mejores recuerdos y agradecimiento, esta promoción ya había donado una placa al colegio en 1992, cuya inauguración contó con la presencia de autoridades nacionales.

En 1992 celebraron los 41 años de egreso.
En 1992 celebraron los 41 años de egreso.

Una época difícil

Entre los acontecimientos nacionales vividos durante aquellos seis años de escuela, los exalumnos destacan:

1946: Primavera democrática bajo el gobierno de Higinio Morínigo, llegada al puerto de Asunción de líderes políticos de todas las organizaciones partidarias y actos asamblearios realizados en el puerto y frente al Panteón de los Héroes.

1947: Atraco al cuartel de Policía en marzo y guerra civil de marzo a agosto, con profundas heridas a la sociedad y el inicio de un clima de persecuciones, destierro y emigración masiva de paraguayos.

1948/49: Gran inestabilidad política, golpes de Estado y cambios reiterados de presidentes en dos años (General Higinio Morínigo, Doctor Juan Manuel Frutos, Natalicio González, General Raimundo Rolón, doctor Felipe Molas López, doctor Federico Chaves).

1950/51: Se estabiliza relativamente la vida política del país con la presidencia de Federico Chaves, pero no se permite la actuación de partidos políticos opositores; la emigración paraguaya sigue en auge.

Este 2021 los pocos que quedan de la Promoción 1951 de la Escuela Normal celebraron en el Bar San Roque los 70 años de egreso.
Este 2021 los pocos que quedan de la Promoción 1951 de la Escuela Normal celebraron en el Bar San Roque los 70 años de egreso.

El normalismo paraguayo

El historiador David Velázquez Seiferheld nos da un pantallazo de lo que simbolizaba y el rol que cumplía la Escuela Normal Nº 1. “Inicialmente eran dos escuelas normales, la de varones y la de mujeres. Comenzaron a funcionar el 1 de mayo de 1896 con la misión de profesionalizar la formación del magisterio paraguayo, con los conceptos más modernos de la época”.

–¿A qué año se remonta su creación?

–Con la venida de las hermanas Celsa y Adela Speratti al Paraguay en 1890, contratadas ese mismo año con la finalidad de modernizar la educación. Ambas hermanas, paraguayas, fueron directoras de la Escuela, tras estudiar en la Escuela Normal de Concepción del Uruguay. Con ellas se abrió, en primer lugar, la escuela graduada de niñas, luego, el curso de preceptoras, y, cuando estas egresaron, se abrió la Escuela Normal.

–¿Quién dirigió la escuela de varones?

Francisco Tapia, educador argentino.

–Era una escuela pública, por ende, financiada por el Estado.

Hubo que trasladar becas del Colegio Nacional a favor de la nueva institución. El primer local funcionó en la casa (hoy demolida) que había sido de Carlos Antonio López, en la esquina de El Paraguayo Independiente e Independencia Nacional.

–¿Qué significó “normalizar” la educación?

El concepto “normalismo” tiene varias acepciones, pero la principal guarda relación con la idea de normalizar; es decir, estandarizar la formación profesional docente. Inicialmente el normalismo se apoyó en la corriente positivista aplicada a la educación. Pero además de ser un proyecto que aspiraba a formar al magisterio desde los conocimientos científicos, también tenía un ideario profundamente cívico y patriótico: creían en el valor supremo que la educación tenía en el “progreso” (utilizando la palabra de la época que definía el avance de la humanidad).

–¿Cómo evolucionó la Escuela?

La escuela normal pasó por diversas etapas: podría situarse el fin de la primera etapa en la mudanza de la escuela a Villarrica, en 1908. Ambas escuelas, la de maestras y maestros, se unificaron en la Escuela Normal Mixta del Paraguay. La idea de trasladarse era facilitar la concurrencia de estudiantes del interior, pero el proyecto fracasó por dificultades de logística y comunicaciones. En 1909 se decretó su regreso a Asunción. En 1919, la Asociación de Maestros creó una Escuela Normal de Profesores (para la secundaria), era nacional, y luego en 1921 se fusionó con la Normal Mixta para formar la Escuela Normal del Paraguay.

–Era el lugar de formación de maestros por excelencia en su época

En ausencia de una facultad de pedagogía, el desarrollo del pensamiento pedagógico paraguayo se dio en las escuelas normales. A veces tenía influencias foráneas (especialmente argentina, en sus inicios), pero luego, con la reforma de Ramón I. Cardozo, aspiró a una pedagogía nacional. Finalmente, aquel semillero de docentes produciendo artículos de pedagogía, didáctica, política educacional, etc., comenzó a debilitarse con la aparición de universidades, tanto acá como en el resto del mundo. En 1972, afectado por la inestabilidad política que arrasó con la educación, el nefasto autoritarismo, el surgimiento de otras culturas docentes, finalizó el programa normalista para dar lugar a un nuevo sistema de formación inicial, en el que pasaría a tener un rol central el Instituto Superior de Educación, hoy Instituto Nacional de Educación Superior.

–¿Qué reputación tenía la Escuela Normal?

Tenía un gran prestigio, sin dudas. Su sistema formativo combinaba la presencialidad en las aulas con las prácticas en las llamadas Escuelas de Aplicación (escuelas anexas donde las alumnas-maestras aplicaban sus conocimientos bajo la supervisión de una maestra experimentada). Por otro lado, el civismo que mencionamos llevó a varias maestras de la primera época a ser pioneras y activas militantes del feminismo paraguayo de inicios del siglo XX. Y también otras, más conservadoras, militaron en asociaciones de caridad. Uno de los rasgos del magisterio de inicios del siglo XX es el estímulo, un mandato moral y ético permanente de activar en la comunidad.

–¿Qué personalidades paraguayas han salido de la Normal?

Es difícil enumerar todas las personalidades que egresaron de las escuelas normales del país. Serafina Dávalos, Ramón I. Cardozo, María Felicidad González, Élida Ugarriza. Actualmente sobreviven egresadas de las últimas promociones: María Elena Sachero, Gladys Arias Duarte, Inca Appleyard, por citar algunos nombres que continúan activos en la vida pública.

–¿Influyó el normalismo de la misma manera en los varones?

Muchos de ellos se destacaron como hombres públicos, pero no por su presencia normalista, sino porque estuvieron en el campo de la educación; además de Cardozo, había otros varones destacados dentro del plantel de profesores de la escuela. Pero a comienzos del siglo XX rápidamente los varones fueron minoría en la Escuela Normal y la profesión de maestro comenzó a feminizarse. Se suele dar la explicación –que no es la única, pero sí la más común– de que los salarios eran muy bajos y los varones salían de los puestos de magisterio, que eran a su vez ocupados por mujeres. Entonces no es tan visible en ellos un cambio social importante en la condición del varón a partir de la profesión del magisterio, donde pronto se convirtieron en minoría.

En el año 1922 egresaron solamente mujeres. En otros años vuelven otra vez los varones, pero ya no en la misma cantidad de antes.

Nombres de oro en la educación

Algunos destacados alumnos de esta casa de estudios fueron: Estanislao Pereira, que llegó a ser director del Colegio Nacional de la Capital; Juan José Soler, quien después fue constitucionalista y político; Ernesto Velázquez, también fue dirigente político y ocupó cargos de importancia, inclusive dentro de la dirección de la educación paraguaya. También, Cardozo, quien ya fue mencionado. Otros educadores importantes fueron Julián R. Chilavert y Julio Frontanilla. Juan Ramón Dahlquist egresó en 1901 y llegó a ser director de la Escuela Normal. Manuel de Mendoza, el pilarense; Raimundo Ovelar, quien después fue sacerdote; Elías Díaz Peña, fallecido muy joven; Santiago Dávalos, un personaje relevante en la intelectualidad paraguaya. Virgilio Barrios, Inocencio Lezcano, Ramón Bogarín, todos son de las primeras promociones. Máximo Arellano, cuyo nombre quedó en una escuela por ser un destacado educador; Emilio Ferreira, Cosme Ruiz Díaz, un combativo dirigente gremial en los años 20 y 30, llegó a ocupar cargos de inspector de escuela, militó en el Partido Comunista, fue perseguido. Marcelino Martínez, Adolfo Ávalos, entre otros. A medida que pasan los años van disminuyendo los nombres masculinos egresados de la escuela.

Otros destacados fueron: Anselmo Joel Peralta, un gran protagonista de la revolución del 36, fue ministro del gobierno de Franco y después trabajó en temas de lengua guaraní. Manuel Riquelme se destacó en la historia de la Educación paraguaya. Eusebio Ayala no llegó a ser maestro normal, pero sí fue Inspector de Escuelas y también fue Profesor en la Escuela Normal. Es lo que podemos citar rápidamente, refiere Velázquez Seiferheld, al hacer la salvedad de que hay muchos más.

lperalta@abc.com.py

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