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En todo el mundo se ve una vuelta a los materiales naturales y la preferencia hacia un consumo más consciente. Con la reciente ley que limita el uso de las bolsas plásticas son cada vez más las personas que se vuelcan a realizar sus compras con la ayuda de cestos que además de bonitos son fuertes, reutilizables y adaptables a varios propósitos.
Pero ¿de dónde vienen estos cestos? Son varias las localidades en las que se producen, pero hoy visitamos a una comunidad de artesanas que se dedica de lleno a la trama y urdimbre de hoja de palma y de totora para dar forma, no solo a cestos, sino a un gran conjunto de elementos que va creciendo y cambiando con el tiempo.
Cestería Toba Qom
Bernarda Pesoa (40) es lideresa comunitaria del pueblo Qom de la comunidad Santa Rosa y relata que nació en Cerrito. Ella trabaja constantemente en el rubro de la artesanía, rodeada de otras mujeres de su comunidad. A los 22 años empezó a trabajar con sus hábiles manos, gracias a cursos de capacitación para adultos, cuenta, y añade que es eso mismo lo que ahora están haciendo para instruir a los más jóvenes y, de esta manera, asegurar que el legado de su pueblo no se vaya perdiendo en el tiempo.
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“Tenemos un propósito, la innovación del arte y artesanía con mujeres jóvenes”, comenta. Ella relata que el tipo de artesanía que las ocupa fue cambiando a través de los años, va mutando según las condiciones en las que se encuentre la comunidad. Anteriormente, contaban con elementos naturales que hoy ya no se consiguen con la misma facilidad, como el caraguatá. “También teníamos plumas, teníamos muchas pieles de animales silvestres que ahora no tenemos”, lamenta.
Antes también hacían hamacas de caraguatá y fajas de hilo de lana de oveja o de hilos reciclados, así como bolsos del mismo material.
Pero el ingenio fue haciendo que se crearan nuevas oportunidades con otros elementos. La hoja de palma es una de las materias primas de preferencia, y es algo que siempre han trabajado, pero van renovando las formas en que la moldean. Hoy cuenta que también la hoja de palma está desapareciendo, por lo que experimentan con la totora (Schoenoplectus californicus, también llamada junco). Esta mezcla de totora y hoja de palma da como resultado los colores claros que tiran al blanco y los tonos verdes propios de la totora. La lideresa explica que la totora no se consigue en su comunidad, sino que la extraen del costado de la ruta Transchaco.
Además, hacen artesanía con semillas, con las que forman pulseras, collares y otros elementos decorativos para el cuerpo. Las semillas que utilizan normalmente para esto son las de leucaena y las de lapacho, con las que logran interesantes adornos.
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Incesante movimiento de manos expertas
La labor de la cestería lleva su tiempo. Bernarda explica que un cesto mediano puede ocuparla más de medio día, comenzando muy temprano en la mañana, aproximadamente a las 6:00. Uno grande puede tardar hasta más de un día, sin contar todo el proceso previo para llegar al momento de sentarse a tejer, por fin, el cesto.
En la comunidad aprenden a tejer en sus casas, más o menos a los 13 años, y no hay un límite de edad para seguir haciéndolo. Algunas mujeres mayores del lugar lo hacen sin problema, como una de las artesanas, que hoy cuenta con 75 años.
Este arte, sin embargo, lleva un esfuerzo físico digno de ser remarcado, ya que se requiere de una buena postura además de manos fuertes y firmes para lograrlo.
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Pesoa cuenta que los diseños son variados y dependen de la especialidad de cada artesana. Cada una de ellas tiene su sello personal, por más de que se trate de un trabajo hecho en comunidad. Para dividirse las tareas, explica que lo común es hacerlo en familia. “Por ejemplo, la hija puede hacer toda la parte de abajo, la base, y la madre puede hacer lo de arriba, para agilizar, cuando hay muchos pedidos”, cuenta.
El arte de la cestería: un largo proceso
La totora es una planta acuática, explica Bernarda; “entramos en el agua para sacar solamente sus hojas, y dejamos sus raíces para que pueda seguir creciendo”. Luego viene el proceso de secado que, si el tiempo da (si está soleado), 5 o 6 días son suficientes, dice. “Desde ahí, solamente se puede trabajar si el clima está húmedo, por eso se empieza en la mañana hasta que el sol esté muy caliente. Cuando esto se endurece mucho por el calor, ya se puede romper”.
La hoja de palma, por su parte, la extraen de la parte superior de la planta, del medio mismo y con la ayuda de un gancho, para no echar el árbol completo, aclara. Luego la llevan a la casa y la dejan secar de la misma forma que en el caso de la totora.
Una casa para la artesanía Toba Qom
Si bien la mayor parte de lo que hacen hoy la aprendieron en las capacitaciones, la cestería también es algo familiar, que aprendían de sus abuelas, dice Bernarda. Antes no vendían como hoy, pero era algo que ya estaba instalado en su cultura, recuerda. Hoy las mujeres artesanas están muy contentas, ya que cuentan con una casa para su artesanía. “Después de 8 años de la formación de la organización del Grupo de Mujeres Artesanas de Santa Rosa, ahora estamos teniendo nuestra casa de las artesanas”. En lengua Qom “Dalaxaic Qom Lashel Lonanaxaqui´”.
En el presente, este es el punto en el que se encuentran para compartir y trabajar las 27 artesanas asociadas. Este nuevo lugar de reunión también tiene el propósito de servir de showroom para sus artesanías, un espacio que los turistas pueden visitar para adquirir las piezas, al tiempo que charlan con ellas y hacen preguntas sobre su artesanía.
Si bien tienen bastante material en stock, cuenta que también hacen mucho sobre pedido. Lo más solicitado son los bolsos, dice, especialmente los medianos y grandes, que hoy están muy presentes en la decoración de los hogares, aunque también los portatermos son muy solicitados.
Sus cestos son utilitarios pero también decorativos. Hoy se usan no solo como una alternativa más ecológica a las bolsas de plástico, sino también como porta-maceta, cestos para la ropa o para guardar todo tipo de objetos. También hacen individuales, sombreros y posavasos y muchos objetos más. En esta época del año, reciben muchos pedidos de cestos para regalos, cuentan.
Este recinto para las artesanas se hizo posible gracias al IPA (Instituto Paraguayo de Artesanía) y el Conamuri (Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas). La casa está íntegramente elaborada como bioconstrucción, ya que estas mujeres son defensoras territoriales y ambientales, enfatiza Bernarda. De esta forma, buscan demostrar a la sociedad que cuando uno quiere colaborar con la Tierra, con el medioambiente, tiene que hacerlo también a través de sus proyectos y objetivos.
Tierra colorada, tierra gorda, tierra lavada y un poco de cemento para que no esté tan caliente son algunos de los materiales con los que se levantó esta casa. La piedra y palma que utilizaron para la construcción son todas de la zona. Un detalle resaltante: en el centro mismo del recinto permanecen erguidos dos árboles de mango, y un detalle interesante del diseño muestra unas maderas dispuestas de manera vertical; estas fueron donadas por el arquitecto Yago García, quien estuvo a cargo del proyecto, relata Pesoa.
Esta actividad familiar y comunitaria significa no solo su medio de vida, un ingreso para su familia, sino que también es parte de su cultura, una tradición que perdura como identidad cultural del Pueblo Qom, dice la lideresa y compara la tarea de cestería con el idioma mismo, la lengua Qom que los caracteriza.
Dónde encontrar los cestos Toba Qom
Los sábados están en la Feria de la Red Agroecológica (Plaza Italia de Asunción, de 9 a 14 h) y a veces también están en el Agroshopping (los martes en el Shopping Mariscal). Asimismo se puede visitar la recientemente inaugurada casa de la artesanía en Cerrito (Benjamín Aceval), Chaco Paraguayo, donde ofrecen una amplia variedad de productos.
Para llegar a la Comunidad Santa Rosa, uno debe ir por la ruta Transchaco, Km 47, hasta la estación de servicios La Chaqueña y cruzar todo el Cuartel General, entrar a la izquierda 1.500 metros y continuar el camino de tierra.
Más info
Instagram: @institutoparaguayaodeartesania @conamuripy
Celular: 0982 307399, lideresa comunitaria Bernarda Pesoa.