Natalia Lafourcade, tejiendo puentes con la música

“Creo que mi activismo es la música”, dice Natalia Lafourcade, cantante, compositora, productora musical, altruista veracruzana. Ella habló en exclusiva con ABC Revista por el lanzamiento de su último disco “Un canto por México” Vol. 2, en el que rinde homenaje a su tierra y a la riqueza cultural de toda Latinoamérica.

Natalia Lafourcade es una reconocida y galardonada cantante, compositora y altruista mexicana.
Natalia Lafourcade es una reconocida y galardonada cantante, compositora y altruista mexicana.gentileza

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Su canto tejes hilos entre la ancestralidad y el presente. La lluvia abrazando la tierra mojada, una mañana de sol, un abrazo reconfortante. Eso y más paisajes que se pueden imaginar, oler y hasta tocar, simboliza su música. Una música que empezó buceando en el pop rock pero que encontró puerto seguro tras decidir Natalia seguir sus propias convicciones.

Explotó a comienzos de este milenio con, justamente, la canción “En el 2000″ incluida en su disco “Natalia Lafourcade” (2002). Se encerró en sí misma porque la disquera proponía para ella una figura que no la hacía sentir identificada. Lejos del barullo buscó encontrar su propia voz y reapareció siete años después con “Hu, hu, hu” (2009) donde coqueteó con el chamber pop, para seguidamente meterse de lleno al folklore de su país con “Mujer divina” (2012), un homenaje a la música del compositor e intérprete mexicano Agustín Lara, y donde ya compartió colaboraciones con nombres como Adrián Dargelós, Gilberto Gil, Kevin Johansen, Vicentico, Miguel Bosé y Jorge Drexler.

Su gran carta de presentación mostrando a una Natalia que bebió de todo lo que la vida le propuso fue “Hasta la raíz” (2015), donde navega con comodidad por las aguas del pop y el pop rock en un cruce con el folklore. “Musas” Vol. 1 y Vol. 2, lanzados en 2017 y 2018 respectivamente, terminaron de confirmar su romance con el folklore de su país como también de Latinoamérica, mostrando su homenaje a géneros como el bolero, la salsa, el mariachi, el son jarocho, en temas propios y grandes versiones de clásicos. Estuvo además acompañada de Los Macorinos (Miguel Peña y Juan Carlos Allende, reconocidos por su vasta trayectoria artística y por haber salido de gira con Chavela Vargas).

Siguiendo la misma línea de homenajes, con “Un canto por México” Vol. 1 y Vol. 2 (presentados en 2020 y 2021 respectivamente) celebró en vivo a sus raíces y a sus ancestros, ya que todo lo recaudado en el show realizado en 2019 y del cual salieron esos dos últimos discos fue a beneficio de la reconstrucción del Centro de Documentación del Son Jarocho, un proyecto que reconstruye un centro afectado por los sismos de 2017 en México. En este lugar cultural se fortalecen las tradiciones de la comunidad veracruzana.

En el espectáculo contó con la presencia de Carlos Rivera, Los Auténticos Decadentes, Leonel García, Ely Guerra, Silvana Estrada, Caetano Veloso, Rubén Blades, Mare Advertencia y, nuevamente, Jorge Drexler, cuyas voces podemos apreciar en los álbumes. En todo el show estuvo apoyada por Los Cojolites, agrupación musical mexicana que hace perdurar el son jarocho de generación en generación.

Así Natalia, esa niña que a sus 6 años sufrió un accidente al caerse de un caballo, renació en la música gracias a sus padres que la educaron a través de este arte. Hoy ella cosecha 14 Latin Grammys, 2 Grammy Awards, un premio Billboard y 3 MTV Awards e incluso llegó a actuar en la gala de los Oscars en 2018 para interpretar en vivo “Recuérdame”, de la película mexicana “Coco”. Esos son solo algunos reconocimientos de una artista que sigue consolidando su camino al galope del amor por la música.

Natalia Lafourcade es hoy uno de los nombres más prestigiosos de la música latinoamericana y una gran representante de las mujeres en la música por su gran compromiso con el trabajo de este género en la industria. Sus músicas hablan de sentimientos que nos atraviesan como seres humanos como el amor y el perdón, e incluso denuncia antivalores como la injusticia y el egoísmo. Es una musa latinoamericana contemporánea.

Natalia Lafourcade abraza las tradiciones de su país.
Natalia Lafourcade abraza las tradiciones de su país.

-¿Cómo te sentís en este momento en que ya salió por fin el volumen 2 de Un canto por México?

-Me siento liberada, me siento feliz, con las emociones a flor de piel. Pero principalmente muy orgullosa con el trabajo que hemos hecho. Muy complacida, afortunada, agradecida. Puras cosas lindas la verdad. Ha sido y sigue siendo un proceso maravilloso.

-Sigue el trayecto que venís marcando desde hace tiempo, en el que haces énfasis al abrazo a las tradiciones, las raíces y ofreces todo tu respeto a Los Cojolites, así como también estás involucrada en la reconstrucción del Centro de Documentación del Son Jarocho (CDSJ) ¿Cómo es tu vínculo con esa raíz mexicana, obviamente veracruzana, y por qué decidiste tomar este camino?

-Yo creo que es el gusto, lo tanto que disfruto esta música y también un poco las cosas cómo se vinieron presentando. Cuando decidimos que íbamos a reconstruir el CDSJ no sabía lo que implicaba realmente. Creo que no sabía en lo que me estaba metiendo y ha sido una cosa de ir poco a poco aprendiendo y entendiendo que los grandes proyectos se van haciendo a su tiempo, se van tejiendo con el tiempo, con las relaciones, con el trabajo en equipo, en comunidad. Entonces ha sido muy bonito la verdad. Eso me ha llevado a ser testigo de cómo se hace un disco en comunidad, con una gran cantidad de músicos y músicas talentosos increíbles que vinieron a poner su talento y sus mundos. “Un canto por México” es un proyecto que está entrelazando universos, se enredan desde géneros musicales que a lo mejor… bueno, es difícil encontrar que en un disco se mezcle un son jarocho con un ranchero, es como que eso no pasa, pero sin embargo aquí sucede en esta fiesta digamos. En este fandango que hacemos sucede esa mezcla de mundos, instrumentos, artistas, invitados, duetos, todo con la intención de poder reconstruir un espacio, con la consigna de la reconstrucción desde el respeto, desde el amor, desde la empatía, desde el encuentro de todos estos mundos. Entonces pues es un proyecto especial, inevitablemente se convierte en un proyecto que me marca en la vida y que de muchas maneras me va enriqueciendo también.

-En este centro no solo se difunde y aprende música, sino que hay un conocimiento más allá pues implica capacitaciones en la industria textil, alfarería, arte culinario y otros saberes del pueblo veracruzano ¿Por qué es importante para vos que no mueran en general las tradiciones?

-Porque yo creo que ahí existe mucha información que necesitamos para seguir fortaleciendo nuestro tejido humano, nuestro tejido social. Toda esta información que se va traspasando de generación en generación no debe morir, hay sabiduría ancestral, conocimiento, lenguaje, el conocimiento de nuestros abuelos, de nuestras abuelas, hay que atenderlo, escucharlo, incorporarlo en nuestra forma de vivir. Y sobre el trabajo de las comunidades en el campo también es muy bonito ver el respeto que existe por la tierra, naturaleza, por apoyarse unos en otros. Yo siento que estamos ante el riesgo de que el mundo que vivimos nos separa, como que no nos permite vernos, no permite justamente que volteemos a ver estos mundos que son tan diferentes, tan diversos, pero que se enriquecen, y al contrario se empieza a ver como esta lejanía, nos olvidamos de todo lo que sucede para que un plato de comida llegue a nuestra mesa, uno se olvide de dónde viene todo. Todo está conectado y en estos lugares, lugares como Jáltipan, la música, el arte, la cultura, se vuelven una medicina importante para la comunidad, se vuelve una cosa que se hace todos los días y que con eso la comunidad se mantiene a flote. Yo creo que para nosotros es lo mismo, la música es esa cosa que nos mantiene a flote entonces, y creo en el trabajo que ellos han venido haciendo y creí en este proyecto y al final terminé recibiendo el regalo de poder presenciar y ser testigo de cómo la música se impactó por la fuerza y el espíritu y la musicalidad de todas estas personas que vinieron, o sea cómo todo eso vino a enriquecer y engrandecer el universo de mi música, pero de estos compositores que yo ya había explorado. Todo tomó como una fuerza extra, una segunda vida con el espíritu y la fuerza de esta gente.

Natalia Lafourcade.
Natalia Lafourcade.

-También presentaste nuevas versiones de temas tuyos de tus discos anteriores y también algunos temas nuevos. Sobre las reversiones en “Tu sí sabes quererme” tienes a Rubén Blades y a Mare Advertencia. Ella imprime rimas que hablan de amor propio, dice que cuando compartimos el amor este crece con el universo ¿Pasaste personalmente por ese proceso de descubrir el amor propio?

-Totalmente, totalmente. A mí me encantó que Mare tocó un tema que es muy importante recordarlo y recordarnos eso entre mujeres también, porque venimos como afectadas por muchas situaciones. Es importante fomentar, cultivar, porque la primera semilla que se siembra es la del amor propio en uno, dentro de uno. Tenemos que amarnos realmente porque es la única forma en que podríamos soñar en que las cosas cambien en el mundo afuera comenzando por el amor propio, por ese amor y esa comunión con uno mismo y eso se expande, se transmite, se va hacia el universo, pero ahí cuando ya tu conectas con amor propio es que también logras ver al otro, reconocerte en el otro y reencontrarte en el otro y generar esta parte de la empatía que es tan importante hoy en día. Yo creo que hoy en día como seres humanos estamos en medio de un proceso de evolución donde te das cuenta que hay tanta diversidad, y que somos tan distintos pero a la vez tan similares, pero somos diferentes, somos un mundo, cada quien tenemos un universo, una forma de ser, algo que nos distingue del otro y eso es una maravilla, entonces qué importante hoy en día poder voltear hacia afuera y decir: hay tantos mundos dentro de nuestro mundo y todo está conectado y es maravilloso, entonces empecemos a vernos, a respetar, a saber por qué está pasando el otro y darnos cuenta de que todos desde nuestro lugar de alguna manera afectamos ese otro mundo desde lo que comemos, lo que pensamos, lo que hacemos, todo afecta a otro mundo ahí afuera, entonces no sé, la música se ha vuelto como un arma para mí, es lo que yo puedo hacer, música

-Me viene a la mente que también incluiste en el volumen 1 “Un derecho de nacimiento”, tema que escribiste en 2012, casi diez años atrás, y que lo relanzaste en 2018 en Musas 2. Lo escribiste en apoyo a la revolución estudiantil de la Primavera Mexicana. A hoy ¿qué significado tiene la canción para vos?

-Pues me da gusto haber podido organizar la información, el canto, el grito, la protesta y la marcha de la gente en una canción. Creo que mi activismo es la música y está dentro de la música porque es donde probablemente mejor sea la mejor versión que pueda yo hacer, no sabría cómo hacerlo en otro espacio, tampoco creo que tengo las herramientas para hacerlo en otro lugar que no sea la música. Entonces canciones como “Un derecho de nacimiento” es la voz colectiva, la voz del mundo, es mi voz por supuesto, pero también es la voz de mucha gente, entonces pues sí, me da gusto, me hace como querer cada cuanto poder aportar, poder seguir aportando de alguna u otra manera en esos mensajes que toman tanta fuerza cuando tienen un canto, una música, una guitarra detrás, un ritmo atrás, cuando se vuelve un coro a miles de voces, toma mucha más fuerza. Y la fe ¡qué importante no perder la fe! Y no perder la esperanza de que podemos hacer algo. Yo creo que sí se puede entonces pues la música ayuda.

-Sin duda la pandemia vino a generarnos un montón de cuestionamientos, pero ¿crees que incluso sin pandemia mucho antes ya estaban estas cosas ahí, como esa necesidad de reconectarnos con nosotros mismos, la búsqueda de la sanación del espíritu, el cuidado de la mente y otras cuestiones?

-Atravesar por una pandemia es terrible, ha habido gente que ha sufrido mucho, gente que ya no está aquí, gente que ya no está aquí igual que no fue porque tuvieran covid, es increíble, han sido dos años de mucha pérdida de gente. En muchos lugares podemos escuchar esto que se dice que hay que atravesar el dolor para poder renacer, para poder estar bien, para poder encontrarse con uno, que el transitar el dolor es necesario para evolucionar. Es fuerte pensarlo. En mi caso siempre fue que en las épocas más dolorosas me he levantado más fuerte y más segura de para dónde continuar, y con fundamentos mucho más enraizados y con una estructura mucho más sólida de mí misma. Entonces yo creo que la pandemia si a algo nos empujó a los seres humanos es que aunque sea tantito tuvimos que vernos al espejo, aunque sea tantito tuvimos que decir ¿qué pasa conmigo? ¿Qué pasa dentro de mí, qué soy, qué hago acá, para dónde vos? O de decir: mi vida es un asco, mi vida es una maravilla y valorarla, nos hizo abrir los ojos no hacia afuera, hacia adentro. Es ahí donde tenemos que comenzar, en despertar la mente, en despertar el alma, en estar en contacto con nosotros para organizarnos con el mundo después, para valorar muchas cosas. Es mucho más simple en realidad. Yo creo que la pandemia fue muy dolorosa, el encierro ha sido doloroso, confrontador también, pero a lo mejor era necesario, no sé.

En 2018 estuvo presente en la ceremonia de los Oscar para cantar "Recuérdame", de la película "Coco".
En 2018 estuvo presente en la ceremonia de los Oscar para cantar "Recuérdame", de la película "Coco".

-En el sentido de los temas nuevos “Nada es verdad”, que escribieron Los Cojolites, como que se adscribe en este contexto mundial. Estamos como atravesando todos juntos casi lo mismo: violencia, pobreza, desigualdad, falta de educación, corrupción ¿Cuáles son las posibilidades que otorga la música dentro de todo este escenario?

-Yo creo que esta canción nos hace como pensar. Son de esos temas que te ponen a pensar y a decir “ok ¿qué ha pasado, qué es toda esta fuerza?” Es una canción así poderosísima. Me gusta mucho porque en el disco como que siento que es la que cumple con esa función de expandirse, de romper, hay como una explosión de energía, como toda esta energía que se viene conteniendo, como que ahí puf, ya, se rompe y es como que escuchas a toda una comunidad de músicos tocando, cantando, diciendo “nada es verdad, todo es un sueño escrito por la sociedad”. O sea, todo esto que estamos viendo nosotros mismos lo hemos fomentado. Es muy fuerte y muy doloroso verlo pero es así. O sea, vivimos expuestos a una realidad, a una cosa de todo un sistema que tiene capas y capas y capas de cosas que están relacionadas con cómo vivimos como humanidad y es un desastre, todo está patas para arriba, dices ¿para dónde le damos, cómo le hacemos? Pero al final esta canción también te sacude y al final también te confronta y te da esperanza y te da fe y te da canto y te da conexión, unidad, te hace sentir que eres parte de un todo, entonces yo siento que sí se puede, es solamente acudir un poco a la meditación y al encuentro de nosotros mismos, de tener y saber que somos parte de un todo. Eso hace esta canción, como que te da eso. Y ¿por qué terminó siendo una canción como esta el sencillo y por qué terminó este disco? Pues porque la naturaleza de este proyecto viene de todo esto que estoy diciendo, o sea en nuestro campo que es la música, que es lo que cantamos, pero también todo lo que está vinculado en ella, toda la información, todos los mensajes que se están dando en esta música, considero que sin haberlo realmente mentalmente planeado así como de esa forma en un principio el mismo proyecto solito fue revelando ese espíritu, esa fuerza, esa magia. Yo soy súper mística y creo mucho en la magia de las cosas, y si el proyecto tiene esa fuerza yo creo que es porque es necesario que esto se escuche, que esto lo percibamos, por eso qué importante traer a una persona como Mare Advertencia. Ella está haciendo una labor tan importante en su comunidad que en el momento en el que yo lo veo digo: ay, pero esta es una artista emergente que la tiene muy clara y lo que ella está compartiendo es muy importante, entonces en este proyecto tiene que estar ella porque lo que ella vaya a traer va a ser importante en el todo. Una Silvana Estrada, lo que ella está escribiendo, componiendo, como puede conmovernos, lo que ella pone en sus letras es como ella tiene que venir, tiene que estar. Es voltear a vernos, decir “oye, lo que tu estás diciendo está buenísimo, cómo te ayudo para que lo puedas compartir a más gente” o “yo tengo esto para decir, cómo me ayudas, cómo nos ayudamos unos a otros”. No se trata del crecimiento individual, es bueno crecer individualmente por supuesto pero al final tu crecimiento individual va a impactar colectivamente, entonces para mí es maravilloso ver toda esta información que te digo ver cómo lo asocio a la música, es como ¡qué maravilla!

La mexicana Natalia Lafourcade fue una de las grandes ganadoras el año pasado con su disco "Un canto por México, Vol. 1".
La mexicana Natalia Lafourcade cosecha numerosos Grammy.

-Al respecto de apoyarse entre todos ¿eso se traduce también al impulso entre mujeres en esta industria?

-Apoyarnos es importante y también es importante sensibilizar en ambos campos, o sea en cómo tanto hombres como mujeres tenemos que voltear a vernos. Tiene que haber un reencuentro, porque hoy en día la humanidad está cambiando hacia todas las direcciones, o sea ya no solamente es como antes lo veíamos, todo está cambiando y entonces y es reconocernos como seres humanos y es apoyarnos y decir bueno, venimos de ver cómo a la mujer no se le ha dado esa igualdad, cómo no se le han dado los espacios, la chance en tantos ámbitos, pues vamos a abrir ¿no? Vamos a ser conscientes de eso, vamos a generar que los trabajos colectivos y los equipos sean muchos más equilibrados, en donde tengamos a todo mundo feliz, uniendo lo que todos podemos hacer y creo que es un proceso también que estamos viviendo y que es muy bonito ver cómo ya está presente, cómo se habla de estos temas y vemos de qué manera solucionar los que podemos.

-¿Esto de buscar la verdad fue pasando también por vos en lo musical? Ejemplo ¿cómo fue el momento en que decidiste tomar otro rumbo distinto al que esperaba de vos la discográfica luego del rotundo éxito de “En el 2000″? Supongo que esperaban que te subas a la ola del hit, pero según ví en un documental fue abrumador y decidiste encerrarte a pensar. Algo que iría como en contra a lo que dictan las “reglas de la industria”.

-Yo creo que para mí siempre mi carrera ha sido: ¿me subo a la ola o qué hago? Y siempre termino subiéndome a la ola a mi forma, a mi ritmo, a mi lanchita, como a mis posibilidades, como que también me he dado cuenta que mi verdad es ir a mi tiempo, a mi paso y a mis inquietudes, ir a mi honestidad y a mi transparencia y a mi búsqueda, entonces sí, curiosamente ha habido aspectos que me han sorprendido porque muchas veces las cosas no la estoy haciendo por un fin sumamente calculado. Eso no ha estado presente en la forma en la que voy, sin embargo han pasado cosas que han sido como bonitas y mágicas, entonces creo que a estas alturas voy a querer trabajar con música de una u otra manera y también a estas alturas todo es muy relativo, todo es muy contrastante, nunca sabes cuándo le va a ir bien a una canción o no, cuándo te va a dar una sorpresa, es que no hay manera de medirlo, al menos en mi campo no funciona mucho de esa manera, entonces me siento tranquila porque digo: bueno, seguiré haciendo lo que necesite hacer, lo que me mueva, e iremos viendo sobre la marcha cómo reaccionar ante una u otra reacción después de lo que hago, porque siempre es como: ok, está dictando por aquí, vámonos por acá entonces, como que también me he convertido así, trabajo de esa manera, el proyecto está dictando que hay que hacer un auditorio de miles de personas o un teatro y es así.

-Es inevitable hablar de tu camino desde que empezaste ¿Cuál fue la chispa que hizo que la música se encienda dentro de vos?

-Yo creo que fue mi accidente, que tuve a los 6 años, porque ahí realmente como que generé un vínculo con la música, generé algo. Yo en mi casa desde que era muy chiquita agarraba el piano, una grabadora que tenía mi mamá e inventaba canciones, entonces siempre mi mamá me tuvo en clases de piano, pero yo no quería aprender a tocar otra música, yo quería hacer mi propia música desde siempre. Yo decía “ay no, no, no me enseñen eso”, entonces improvisaba y cantaba y componía y hacía cosas. Mi mamá tenía esas grabadoras de casete, entonces yo jugaba. El accidente asentó la música en mi vida, la convirtió como en un… siempre tenía que haber música, siempre tenía yo que estar haciendo algo con la música y luego las clases de mi mamá y de mi papá, entonces iba a la escuela en las mañanas y en las tardes me la pasaba en las clases de música de mi mamá, no había nadie que me cuidara entonces estaba yo ahí, y generé ese vínculo, mi propio vínculo con la música.

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