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El anuncio de la implementación de una cuarentena estricta en el territorio nacional a inicios del 2020 derivó sin dudas en una serie de cambios en los ritmos laborales y la vida cotidiana. El ámbito de la salud no fue la excepción y esto se dejó entrever con las intervenciones médicas realizadas con otros mecanismos de atención. Y con el nuevo “modo covid de vivir”, el giro del estilo de vida fue aun mayor para miles de familias, trabajadores, empleadores y profesionales independientes, en especial de aquellos que preveían realizarse algún chequeo, cirugía o bien, continuar con algún tratamiento.
Este escenario conlleva emplear otros canales de comunicación para no cortar el vínculo con el doctor, como la telemedicina, que cobró fuerza a nivel mundial en esta pandemia, o bien, con la opción de contar con los servicios del médico en la casa.
De hecho, el ajetreo actual hizo que estos usos se acentúen en los últimos años, lo que derivó a que muchos pacientes optaran por marcar y mantener una cita médica a distancia, o en todo caso a recibir la prestación en la comodidad del hogar o la oficina. En Paraguay puntualmente, surgieron varios emprendimientos que permiten y agilizan la consulta mediante el uso de determinadas tecnologías.
Vino para quedarse
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), las nuevas alternativas de prestación de servicios en la salud que permiten el intercambio de información, sean recetas, diagnósticos, representan un claro avance de una modalidad que vino para quedarse.
En cuanto a la telemedicina, esta cobró notoriedad a partir del siglo XIX, con la aparición del telégrafo. Publicaciones internacionales señalan que este medio facilitó el suministro de fármacos durante la guerra civil de Estados Unidos. Asimismo, mencionan que las primeras imágenes, vídeos y recetas compartidas con medios tecnológicos se registraron a principios de 1960 en la Universidad de Nebraska.
En Paraguay, se mantiene hasta ahora el servicio de médico en casa, otorgado por centros médicos y profesionales particulares, quienes llegan al paciente a través de aplicaciones (app) móviles, redes sociales, páginas digitales u otras modalidades que registran todo un éxito. Asimismo, gana terreno la teleconsulta o consulta remota, que se convirtió en un instrumento clave para la atención médica pública y privada en esta pandemia. Entre los establecimientos que la pusieron en práctica se encuentra el Hospital de Clínicas, que a lo largo del 2020 reportó un total de 18.274 teleconsultas, mientras que entre enero y la quincena de agosto de este año a superó las 25.982.
Entre las áreas más requeridas para la atención por teléfono se encuentran clínica médica, urología, traumatología, sicología, gastroenterología, siquiatría para adultos, pediatría y dermatología. Cada consultorio establece los horarios y la cantidad de minutos u horas que atenderá al paciente sea por videollamada, mensajes por whatsapp o llamada, con previo agendamiento.
“Dramático fue el cambio en este contexto de encierro y distanciamiento por la pandemia del covid. La telemedicina se instaló y tiende a quedarse como modelo de atención”, así lo detalla el Dr. Julio Torales, especialista en Psiquiatría, quien afirma que la telepsiquiatría representa un importante complemento y juega un rol protagónico, sobre todo para los pacientes que viven alejados de un hospital.
Otro punto que resalta es que con el uso de la tecnología, mucha gente que evitaba asistir presencialmente a las consultas de siquiatría o se encontraba en el segmento vulnerable ante el covid, prefirió evacuar sus dudas a través de la teleconsulta.
Control presencial y virtual
El miedo a exponerse a un posible contagio hizo que muchas mujeres evitaran las consultas ginecológicas y en el caso de las embarazadas, a no acudir a los controles. Pero con el tiempo, la tecnología demostró que no es necesario postergar determinados estudios y que el tratamiento puede ser posible.
Así lo indica el doctor Raúl Fanego Rodríguez, quien afirma que el acompañamiento a la paciente, sin verla ni tener un contacto más directo, resulta desafiante en el contexto pandémico. Aclara que no todo el proceso puede darse por medios digitales y que es primordial realizar los controles, sobre todo prenatales de manera presencial.
En su caso, comenta que con la pandemia utilizó el whatsapp como un recurso para la emisión de recetas o consultas por videollamada. “Tuve que aggiornarme a la situación. Las pacientes consultaban y recibían las recetas, y luego debían enviar los resultados para dar seguimiento e indicar el tratamiento correspondiente”, remarca.
Fanego Rodríguez, especialista en ginecología y obstetricia, sostiene que la tecnología fue más que esencial en todo este camino. “Nos ayudó bastante a los médicos. Facilitó la tarea y a no perder el contacto médico-paciente”, subraya el profesional, quien a su vez acota que no importa cual sea el canal de comunicación, el servicio médico no debe perder calidad.
Primeros usos
De acuerdo a publicaciones periodísticas internacionales, la primera idea de la telemedicina tal y como la conocemos hoy en día apareció en la edición de abril de 1924 de la revista Radio News. En ella, una ilustración futurista mostraba una maquina con televisión y micrófono que permitía a un paciente comunicarse con su médico. El aparato incluía además el uso de indicadores de latidos del corazón y de temperatura.
El dato
El Hospital de Clínicas reportó a lo largo del 2020 un total de 18.274 teleconsultas, mientras que entre enero y agosto de este año ya superó las 25.982.