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Variante. Las cepas de virus no son lo mismo que las variantes, por lo que se recomienda distinguir estas dos palabras. En los medios de comunicación es muy común llamar cepa a lo que realmente es una variante, como se comprueba en los siguientes ejemplos: “Se podría tener una vacuna nueva contra la cepa delta en alrededor de 100 días por la velocidad y el pragmatismo de este tipo de plataformas” o “Venezuela detecta los dos primeros casos de la cepa delta”. Tal como señala el diccionario académico, una cepa es un ‘grupo de organismos emparentados, como las bacterias, los hongos o los virus, cuya ascendencia común es conocida’. El Diccionario de términos médicos, de la Real Academia Nacional de Medicina de España, puntualiza que estos conjuntos de organismos presentan rasgos comunes, determinados genéticamente, aunque sin constituir una variedad o subespecie. El concepto de cepa implica un comportamiento diferente de un virus respecto del virus original. Este cambio de comportamiento debe ser significativo para que una variante se considere una cepa, y esto no ha ocurrido hasta ahora en la actual pandemia. En el caso concreto del coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave, hay dos cepas: la que provoca la enfermedad conocida como SARS o SRAG, que apareció hace dos décadas, y la que provoca el covid-19. La primera se identifica como SARS-CoV (o SARS-CoV-1) y la segunda, es decir, la que se ha extendido actualmente, como SARS-CoV-2. Por ello, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido “Se podría tener una vacuna nueva contra la variante delta en alrededor de 100 días por la velocidad y el pragmatismo de este tipo de plataformas” o “Venezuela detecta los dos primeros casos de la variante delta”.
(*) Fuentes: https://dle.rae.es/ / https://www.fundeu.es/