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Estaciones para la vía
Las imágenes en relieve de las estaciones del vía crucis que se encuentran en la iglesia de La Encarnación fueron donadas, a principios del siglo XX, por la señora Ana Rius de Jorba, quien también donó un altar y cinco grandes imágenes de santos.
Vida después de la vida
Según cuenta don León Cadogan, los mbya rendían culto a sus muertos conservando los esqueletos de sus seres queridos,“haciéndoles objeto de ejercicios espirituales, en espera de la resurrección tanto del muerto como de los deudos”.
Informa el informante en su informe (así, redundantemente), publicado en la Revista do Museo Paulista, que el cadáver es enterrado hasta su putrefacción. Luego es exhumado, lavado cuidadosamente y depositados los huesos en un recibiente de madera de cedro labrado, fabricado exprofeso, y guardado durante largo tiempo en el opy o casa de las plegarias, donde es objeto de veneración a través de cantos y plegarias.
Palabras mbayá
Los significados de algunas palabras de origen mbayá rescatadas por el historiador concepcionero Pedro Antonio Alvarenga Caballero son:
Naagueyoyegui: linaje.
Aguilide: señor, poseedor de tierras.
Niyoloia: vasallo.
Elegui: distinguido.
Oguilidi: señor con vasallos.
Uneluigua: plebeyo.
Nibodenigui: cautivos, siervos.
Ecalai: españoles.
Tomocoligui: comedores de mandioca (los guaraníes).
Epolubi: portugueses.
Buque a vapor
Después de los yga indígenas y las carabelas, naos y bergantines de los conquistadores españoles, el 15 de enero de 1846 llegó al puerto de Asunción el primer buque a vapor que surcó las aguas del río Paraná-Paraguay.
Se llamó Fulton y formaba parte de la escuadra anglo-francesa de intervención en la región rioplatense, cuyo objetivo era la liberación e independencia del Uruguay de la dominación del caudillo argentino Juan Manuel de Rosas.
Las bibliotecas de las misiones
Las reducciones jesuíticas de la región rioplatense contaban con nutridas bibliotecas a disposición de los misioneros y de los reducidos que habían aprendido a leer.
La biblioteca de la reducción de Santo Ángel tenía 526 volúmenes; la de La Cruz, 270; San Luis, 310; Santa María de Fe, 445; Santos Mártires, 382; San Cosme, 254; San Ignacio Guazú, 171; San Ignacio Miní, 248; Loreto, 315; Nuestra Señora de Fe, 157; Santa Rosa, 180; Santiago, 136; Trinidad, 200; Yapeyú, 360; Corpus, 460; San Pedro, 834; San Javier, 120; San José, 254; San Juan, 182; Santos Apóstoles, 169; Santa Ana, 275; y la Candelaria, 510 volúmenes.