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Pedro Barrail estudió arquitectura y se dedica a ello “desde siempre”, pero hay otra pasión que le acompaña quizá desde hace más tiempo: el arte. Con el diseño, logra fusionar estos ámbitos y satisfacer esa necesidad de crear. El resultado luce con líneas finas, delicadas y sobrias, pero que inspiran confianza.
Recientemente volvió a deslumbrar con esta combinación: expuso en una de las ferias de diseño más grandes e importantes del mundo: Art Basel/Desing Miami. Se trata de la octava participación de Barrail en la feria, realizada en Suiza. “Mis obras proponen nuevos caminos que confrontan tradición y modernidad. Siempre me interesó crear un diálogo entre culturas y visiones estéticas diferentes para obtener nuevas formas de expresión”, señala.
El artista paraguayo nos recibió en su casa, donde pudo enseñarnos varias de sus creaciones como las primeras líneas que hizo en colaboración con Marciano Aquino, un sabio artesano de la parcialidad Paí Tavyterã, trabajo del cual resultó una exposición de sillas en el 2000.
Pedro comenta que esta relación, a pesar de que fue sólida, se fue diluyendo con los años. Pero recientemente, coincidió en un evento en el que otros nativos de la misma etnia exponían sus obras y al mirar los trozos vio algo familiar, así que se acercó a ellos y grande fue su sorpresa al descubrir que se trataba de los hijos del propio Marciano.
Desde entonces, volvió a establecer contacto y empezó a trabajar en otros proyectos, esta vez ya con los herederos de Marciano, Nery y Gerardo Aquino, quienes en sus comunidades se destacan por la mejorada técnica que emplean en sus obras.
“Conozco a la familia Aquino desde hace mucho tiempo; son pocos los artesanos que aún conservan sus tradiciones y él (Marciano) fue un brillante exponente de su cultura. Actualmente colaboro con sus hijos, que continúan la tradición ancestral contra viento y marea. Es un privilegio poder intercambiar puntos de vista con esta talentosa gente y mostrar el potencial expresivo de nuestra colaboración en el exigente mundo del arte y diseño internacional”, dice con emoción.
Las obras que presentó en Suiza son Armario M y Armario W, ambas de madera pirograbada, y también 10 Lámparas/objetos Mbói, que combinan madera pirograbada y luces led. Son propuestas en las que, haciendo una comparación con las obras de la primera colección de casi dos décadas atrás, se puede notar la esencia nativa, pero con una asombrosa evolución en cuanto a la técnica y la temática que enriquecen aún más la obra.
“En el arte y la artesanía indígenas, la característica principal es que siempre están basados en el entorno, la naturaleza, los elementos cotidianos. La diferencia que vemos ahora es que antes solo hacían los dibujos aislados, independientes; hoy en día tienen un sentido específico, van siguiendo una trama y, en algunos casos, una historia. Los trazos son más delicados y firmes. Para mí es un orgullo poder apreciar esto de cerca”, dice el artista.
En el caso de las obras compuestas para sus diseños, Pedro explica que “estas obras no solo contemplan el plano estético, sino también el narrativo, ya que transmiten historias por medio de dibujos”, explicó.
La intención de Barrail es, además de promover el arte indígena, que los artesanos generen buenos ingresos económicos, motivándolos a conservar y continuar con sus costumbres y técnicas. “Me veo influenciado por su visión y, ellos, por la mía; nos enseñamos mutuamente. Ellos están muy motivados en seguir explorando nuevas ideas (como la fusión de arte y tecnología, por ejemplo) para ver qué resultados obtenemos”, finaliza Barrail, dando a entender que como siempre, aunque acaba de llegar del Art Basel, su mente inquieta ya trabaja en nuevos proyectos artísticos.
• Fotos ABC Color/Gentileza.