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Marta González Ayala supo que el Sistema Marangatu estaba al borde del colapso ya en los primeros meses de su gestión como viceministra de Tributación. Así lo revelan informes entregados a esa subsecretaría y cuyas copias fueron concedidas a ABC Color en virtud a un pedido de acceso a la información pública.
Aun así, González Ayala decidió esperar tres años más para que el caos se acrecentara para terminar favoreciendo con un millonario contrato al Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), del que ella formaba parte.
Versión obsoleta
En diciembre de 2013, la firma Sodep SA entregó a la SET un informe detallado sobre la situación del sistema de gestión tributaria Marangatu.
Ya en ese momento los técnicos advertían de la situación crítica del sistema. “Se encuentra corriendo en una versión obsoleta, sin soporte comercial y sin un respaldo para casos de urgencia”, señalaba el documento ya en sus primeras páginas.
El informe indicaba que la situación representaba un “alto riesgo” para la SET y advertía sobre la necesidad de buscar alternativas o de soporte o de migración en el corto plazo.
“Es un riesgo que debe minimizarse”, alertaban los técnicos.
Tres años después
A pesar de contar con ese informe, la administración de González Ayala esperó hasta 2016 para convocar a una licitación por “urgencia impostergable” para la actualización del Marangatu.
A diferencia del tiempo que había transcurrido desde la entrega del informe tres años antes, en esa oportunidad si había premura por firmar los contratos y avanzar.
En menos de dos meses la licitación ya había sido finiquitada y el contrato de unos US$ 3 millones quedó en manos del CIAT, un organismo que tenía entonces a Marta González como miembro del consejo directivo.
La SET decidió ignorar el primer informe de una empresa paraguaya y montó la licitación en base a las recomendaciones que entregaron los “expertos” del CIAT, firma que luego terminaría siendo beneficiada con el millonario contrato.
juan.lezcano@abc.com.py