Repetido discurso “antiimperialista” lastra avance histórico en Cumbre

La VII Cumbre de las Américas, finalizada ayer, prometía ser un evento de avance histórico en las relaciones de la región, con el acercamiento del Gobierno de Estados Unidos hacia la dictadura de Cuba, buscando soluciones políticas con una mirada al futuro; pero, con excepción de la exposición de algunos mandatarios, la reunión terminó caracterizándose por la repetida cantilena de acusaciones contra “el imperio”, por parte de diversos gobernantes.

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CIUDAD DE PANAMÁ (AFP, EFE, ANSA).El evento que reunió a todos los gobernantes del continente, incluyendo al dictador de Cuba por primera vez en este tipo de cumbres, prometía estar marcado por la distensión política dada con el acercamiento entre Estados Unidos y el régimen cubano, pero algunos países, con Venezuela a la cabeza, mantuvieron su postura de enfrentamiento, enfatizando abusos cometidos por gobiernos estadounidenses contra Latinoamérica, en el pasado; y defendiendo la dictadura cubana, que continúa en el presente.

El presidente peruano, Ollanta Humala, que en su momento fuera prochavista, dio ayer un discurso distinto al de duro lenguaje, empleado pro los “bolivarianos”.

“Debemos desatar las amarras que atan al pasado, dejar de lado los problemas que históricamente nos han separado y darnos la mano para acabar con las desigualdades en América Latina”, declaró Humala.

“Debemos entender que el principal enemigo no somos nosotros mismos [unos contra otros], es la desigualdad”, y para reducirla es necesario “trabajar en la cooperación”, apuntó.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que su país “no será prisionero del pasado” con Cuba ni con la región, al mostrarse convencido de que si continúa el diálogo bilateral entre su Gobierno y la isla habrá progresos pese a las “diferencias”.

Obama dijo que el acercamiento entre EE.UU. y Cuba marca un “punto de inflexión” para toda la región.

Luego, explicó al gobernante cubano, Raúl Castro, que “era el momento” de que su país intentase “algo nuevo”, al tomar la decisión de dejar atrás la política de dureza total hacia la dictadura cubana.

A su vez, Raúl Castro, le respondió a Obama que está “dispuesto a hablar de todo”.

En general, todos los demás países del continente, manifestaron expresiones en igual sentido.

Sin evadir las diferencias existentes, pero haciendo hincapié en una mirada hacia el futuro.

A contramano

En contrapartida, los gobiernos alineados con Venezuela usaron su oportunidad de hablar para denostar contra Estados Unidos y defender la dictadura de los Castro en Cuba.

Los presidentes Rafael Correa (Ecuador), Cristina Fernández (Argentina) y Evo Morales (Bolivia) respaldaron al gobernante venezolano, Nicolás Maduro, cuyo gobierno ha merecido el repudio de la Unión Europea, algunos gobiernos y los más prestigiosos organismos internacionales defensores de derechos humanos, por sus abusos en contra de los opositores a su régimen.

“Venezuela está bajo una amenaza, una agresión que debe ser desmontada”, expresó Maduro, cuando ya Obama se había retirado de la plenaria de la Cumbre para asistir a reuniones bilaterales.

El Mandatario venezolano dijo haberle llevado a Obama en la cita hemisférica más de 11 millones de firmas que piden la derogación del decreto, al que calificó de “irracional” y “desproporcionado”.

Se refería a la medida tomada por Obama de sancionar (negación de visa y bloqueo de cuentas bancarias) a 7 altos funcionarios chavistas, acusados precisamente de violaciones a derechos humanos.

Todos tienen un pasado

Los presidentes prochavistas criticaron la política exterior estadounidense, e incluso el propio Raúl Castro habló de las operaciones militares estadounidenses en el exterior.

Sin mencionar las operaciones militares cubanas para implementar dictaduras comunistas en países de África.

Como ocurrió en Angola y Etiopía, las mayores intervenciones militares cubanas, con alrededor de 18.000 cubanos enviados por el régimen castrista a Etiopía y hasta 60.000 a Angola, entre los años 1975 y 1988.

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