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El fiscal Ferreira consultó a Quintana, primero por su vínculo con Reinaldo Cabaña, a lo que el parlamentario dijo que lo conocía y que aportó ayuda a su campaña política para llegar a la Cámara Baja. Pero negó que esa ayuda haya sido en efectivo.
El diputado colorado dijo que Cucho era un dirigente deportivo conocido en la zona y que solo aportó kits de víveres no perecederos, pelotas, remeras y otras implementos más para las comunidades más humildes del barrio Remansito de Ciudad del Este. Negó haber recibido dinero en efectivo de parte del presunto narco que fue detenido el 7 de setiembre en una serie de allanamientos realizados en Ciudad del Este, en el marco del operativo antidrogas denominado Berilo.
Quintana también explicó cómo se dio la comunicación con Cucho, el 28 de agosto, día en que agentes policiales detuvieron al secretario del supuesto narcotraficante y le incautaron US$ 190.000. El diputado dijo que en su carácter de abogado lo llamó Cabaña, para decirle que le habían secuestrado el dinero a su empleado y cómo podía hacer para recuperarlo.
Pero Quintana aseguró que nunca intermedió para recuperar el dinero y solo le dio una orientación de cómo obrar, en su calidad de abogado.
También señaló que la camioneta que tenía y que era propiedad de Cabaña, le fue dada en carácter de posible comprador, pero que solo la usó un par de veces y luego trató de devolverla, pero justo se puso en marcha el operativo Berilo y saltó que él tenía un lujoso vehículo propiedad del principal sospechoso de tráfico internacional de drogas.
Finalmente, Ulises Quintana dijo que desde hace más de 10 años viene luchando contra la corrupción en Ciudad del Este y que se estaba enfrentando al clan Zacarías Irún y ahora que llegó a la Cámara de Diputados se armó todo un plan para sacarle la banca para que no lleve adelante el pedido de intervención a la intendencia municipal de Ciudad del Este actualmente a cargo de Sandra MacLeod, esposa del senador colorado cartista Javier Zacarías Irún.
Para que no siga con esta denuncia es que el clan Zacarías trató de involucrarlo en este caso, sostuvo.
Ulises Quintana dijo ser un “preso político” y que iba a pedir su libertad, ya que no existen elementos de convicción para sostener la imputación en su contra.
Quintana pidió que se tenga en cuenta la declaración del jefe de Inteligencia de la Senad Juan Jara, quien dijo no tener informes de su participación en bandas dedicadas al narcotráfico y también informes que demuestran que no se enriqueció en la función pública.
El diputado Quintana se dio por detenido el 21 de setiembre pasado y se ordenó su prisión en la cárcel militar de Viñas Cue.
Quintana fue sindicado por la fiscalía como el nexo político que tenía Reinaldo Cucho Cabaña para operar con su estructura de tráfico internacional de drogas y por esa razón fue procesado por hechos punibles de tráfico de drogas, tráfico de influencias, lavado de dinero, asociación criminal y enriquecimiento ilícito, en carácter de cómplice.
La versión de Quintana es desacreditada por las grabaciones con que cuenta la fiscalía y que en parte se trascribieron en la imputación. Se habla de una fuerte presión política para liberar al diputado de Añetete.
MANIOBRAN PARA LIBERAR
El abogado Álvaro Arias, quien representa al diputado Ulises Quintana, señaló al finalizar la audiencia que su cliente quería declarar y que ahora el siguiente paso será pedir al juzgado la revisión de la prisión. A decir de Arias, no existen elementos contundentes para ligar a su cliente con el delito de tráfico de drogas, ya que el mismo jefe de Inteligencia de la Senad Juan Jara confirmó que dentro de las escuchas e investigación del caso Berilo, nunca saltó el nombre del diputado Quintana.
Sin embargo, grabaciones de fiscalía revelan que Quintana operó para liberar US$ 190.000 retenidos en zona de Coronel Oviedo, que finalmente se liberaron. Con ese dinero se habría pagado por la droga.