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El objetivo de las autoridades argentinas es desalentar a las navieras paraguayas a emplear esta terminal portuaria.
El método que emplean es sencillo en extremo: Argentina no otorga permiso de amarre a las embarcaciones paraguayas que llegan hasta la terminal de La Paloma, Argentina.
La Paloma se utiliza para carga y descarga de granos provenientes de Paraguay que luego van al puerto uruguayo de Nueva Palmira.
La revocación del permiso, por parte de la Argentina, afecta a la exportación de soja paraguaya que utiliza Nueva Palmira para transbordarla a buques de ultramar.
Nueva Palmira recibe cada mes un promedio de 200 barcazas procedentes de Paraguay, y se estima que la mitad de ellas hacen escala previa en el amarradero argentino de La Paloma.
Actitud inamistosa
La decisión argentina tiene un impacto negativo en las exportaciones de granos del Paraguay.
La principal fuente de ingresos de nuestro país es la exportación de granos, y tenemos a Argentina imponiendo nuevamente trabas, en momentos en que la salida de soja comienza a tomar cuerpo.
Los sindicatos portuarios presionan con virulencia a Buenos Aires para que imponga medidas contra la marina mercante de Paraguay.
Desean tomar el control de la mayor flota de la hidrovía, y el mecanismo que utilizan es imponer medidas en procura de desalentar la inversión en la industria fluvial paraguaya.
Nuestro comercio exterior de nuevo se encuentra en peligro.