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La influencia de la azucarera es regional, los proveedores están en Colonia Independencia, Borja, San Salvador, Caazapá, Itapé y otras localidades situadas en un radio de unos 30 kilómetros alrededor de Iturbe.
El drama de la azucarera es posible sentir en sitios que aparentemente se encuentran alejados unos de otros, pero que en definitiva cumplen el mismo rol de proveedores de caña de azúcar para la firma.
Dirigentes de los comités de productores hablan de cinco mil socios en problemas, pero la cifra aumenta cuando se agrega a los peladores, fleteros y carriteros.
Cada uno de ellos cumple una función insustituible en la cadena de producción de caña de azúcar: alguien tiene que pelar la caña, un carro debe llevarlo hasta la grúa y un camión transportarlo hasta la fábrica.
El productor propiamente dicho es una parte del eslabón al que se suman otros actores.
Si el productor tiene deudas con el almacenero, también el dueño del almacén tiene problemas con su proveedor, y así sucesivamente.
Se llegó a un punto en que las “libretas” de almacén ya no pueden ser renovadas: se tarda hasta cuatro meses en pagar y los almaceneros no pueden financiar los atrasos de la fábrica.
No termina aquí: bancos y financieras no quieren prestar dinero, aunque las deudas se hayan cubierto. Es nuestra próxima nota.
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