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Contradictoriamente, el grupo criminal en varios comunicados condena la deforestación.
Los organismos de seguridad no han podido ubicar el lugar donde se encuentra operando el aserradero perteneciente al grupo criminal, según lo demuestra un escrito encontrado en un campamento de la organización. Justamente, el EPP en reiteradas ocasiones ha dejado comunicados en que “prohíben” la tala de árboles y hasta justifican asesinatos de trabajadores con el pretexto de ser “protectores de la naturaleza”. En cambio, los documentos internos de la banda armada indican su contradicción.
Un cuaderno de bolsillo fue encontrado en uno de los campamentos del EPP en el departamento de Concepción, y pese a los daños normales por las condiciones externas, se puede leer que contiene varios números de teléfonos, anotaciones diversas y hasta un diario de uno de los milicianos del EPP, quien comenta la vida cotidiana en los montes.
En una de las hojas se puede leer que el EPP en junio de 2006 ya tenía un plan para adquirir los elementos necesarios para un aserradero; incluso se puede encontrar entre los escritos que se han gastado unos
G. 800.000 para la reparación de un tractor y G. 9 millones para la compra de un generador. Esta es una de las maneras en que el grupo criminal, que opera principalmente en los departamentos de Concepción y San Pedro, “invierte” el dinero recaudado de los secuestros. Según escribieron los integrantes del EPP, el 28 de junio de 2006 realizaron un recuento de los gastos para el aserradero. Entre ellos citan que utilizaron G. 6.500.000 para la compra de un motor de 30hp y hojas que utilizan las maquinarias para diversos trabajos con madera. Gastaron importantes sumas para viajes de personas que se presume son las encargadas del aserradero.
Asimismo, hablan de compradores de tablita, que son maderas ya terminadas, y cifras de “rollo”.