–Se han levantado ciertas sospechas sobre el preacuerdo que firmarán mañana con RTA ¿En qué consiste y para qué es?
–Básicamente es un memorando de entendimiento sobre la necesidad de instalar un parque industrial, porque hemos dicho varias veces que sin este complejo para nosotros no es viable la inversión de Rio Tinto en Paraguay. Además, nosotros creemos que las industrias que se instalen allí tendrían que llegar a procesar al menos el 50% del aluminio que produzca la planta.
–¿O sea, la idea es lograr el compromiso de la transnacional de que efectivamente apoye la instalación de ese parque industrial?
–Si eso no va a ser así, no tenemos por qué seguir conversando con esta gente. Ahora, al existir la posibilidad real de industrias procesadoras del aluminio, entonces sí hay un justificativo real para que nosotros sigamos las conversaciones con Rio Tinto. Y este es el primero para que podamos seriamente sentarnos a negociar otras cuestiones. Ellos están de acuerdo, pero nosotros no estamos asumiendo compromiso alguno.
–El temor es que el Gobierno ya esté comprometiendo cuestiones serias, como el tema de la tarifa de la energía...
–No, no, no. Hay varios puntos que tenemos que ir tocando. En primer término, lo relacionado al parque industrial, y aceptado el “memorando de entendimiento” sobre este tema nos sentaremos a negociar otro preacuerdo; por ejemplo, logística (infraestructura vial, portuaria, ferroviaria, etc), es decir, cuáles son las inversiones que el Paraguay o RTA tienen que ir haciendo, porque es una inversión extremadamente grande. Posteriormente vendrán preacuerdos sobre los impuestos que el fisco paraguayo percibirá sobre esta actividad, teniendo en cuenta que no tendrán ningún privilegio impositivo. Luego, sobre la parte ambiental. A nosotros nos agrada muchísimo que la ciudadanía comience a preocuparse de esta cuestión, lo que significa que estamos siendo observados muy de cerca. Antes de firmar nada al respecto, el Gobierno nacional se asegurará de que esta inversión no implique un impacto ambiental negativo y contraproducente. Se exigirá a RTA el cumplimiento de los más altos estándares internacionales, al igual que a las empresas que operarán en el complejo industrial. Por último, vendrá la parte de la demanda de energética y la cuestión tarifaria, cuyo costo –vuelvo a reiterar– no será subsidiado.
–De todas maneras, se teme que esta firma transnacional venga a “joder” al país, a través de ustedes...
–Y nosotros no nos vamos a dejar “joder” (embaucar) por ellos. Por eso estamos negociando bajo la modalidad de los preacuerdos, en el que se salvaguarden claramente todos los intereses del Paraguay, que –en cuanto al parque industrial– la ciudadanía conocerá claramente este viernes cuando firmemos el memorando. Yo puedo asegurar que el pueblo paraguayo no tiene que perder con estas negociaciones.
–El otro gran temor es el posible impacto ambiental negativo de esta megaindustria...
–Y eso es muy positivo, porque nos obliga a nosotros a ser extremadamente rigurosos en este gran tema. Además, como he dicho antes, la modalidad de los preacuerdos o memorandos de entendimiento nos da la posibilidad de que, llegado el momento y no nos convence cómo se va desarrollando el proyecto, podamos avisar a nuestra contraparte, con treinta días de anticipación, que ya no nos interesa seguir negociando, por las razones que sean, y todo terminó y no pasa nada. O ellos (los negociadores de RTA) pueden hacer lo mismo, comunicándonos con antelación que no les interesa seguir las negociaciones, por las razones que ellos crean, y todo queda sin ningún efecto.
–¿Dónde estará ubicado el parque industrial?
–Se instalaría en la margen derecha del río Paraná, en las cercanías de Itaipú y Yacyretá. Para eso estamos previendo alrededor de 4.500 hectáreas de terreno, para que las firmas interesadas no tengan inconveniente alguno. Asimismo, tenemos que prever los servicios, porque como van a estar trabajando allí entre 40 y 50 mil personas todos los días, eso tiene que tener un cuidado en todos los aspectos: la parte sanitaria, social, educacional, inclusive en la parte espiritual.
–¿Quién va a administrar este complejo industrial?
–La propiedad del terreno va a ser del Estado paraguayo, pero se está estudiando la posibilidad de darlo concesión a una empresa privada, paraguaya o extranjera, que administrará el parque.
–¿Cómo se logrará atraer a las industrias?
–De hecho, RTA nos ha dado la lista de sus clientes, que se dedican a procesar el aluminio. Hasta ahora (de unas 19 firmas), 60% son brasileñas y 40% americanas, europeas y asiáticas.
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