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Aquellos que logran un turno para consulta, si no tienen vehículo no les queda otra alternativa que dormir en los corredores del hospital hasta las 07:30, cuando comienza la atención. Se ve a pacientes pasar la noche en bancos o tirados en cualquier lugar del piso de los pasillos o gradas, durmiendo profundamente.
No existen suficientes sillas y los que vienen desde lejos deben buscar la mínima comodidad para sus parientes enfermos. No importa si son niños o de la tercera edad.
“Soy del barrio San Isidro de Encarnación, vine con mi hijo para consultar con el traumatólogo. Llegamos en el ómnibus de las 18:00 y el turno dan a la medianoche, hora que no hay más transportes públicos, entonces, nos quedamos hasta el otro día”, dijo Javier Espinoza.
Refirió que si pretende regresar a su casa debe pagar taxi, que cuesta G. 120.000. “Lo que me da rabia es que al llegar a la ventanilla me dicen que solo hay traumatólogo de pies, no de brazos, y mi hijo se fracturó el brazo”, señaló el hombre, muy alterado, en la noche del viernes último.
“Deberían dar turnos de madrugada, entonces ya nos quedamos hasta la atención del médico”, planteó Leonarda Verón, quien vino a las 17:00 en bus desde Federico Chávez, distante 25 kilómetros de Encarnación.
Tampoco existen carteles para avisar cuáles especialistas atenderán. Entonces, deben aguardar indefectiblemente hasta las 00:00 para saber si hay médico o regresar a sus hogares tras ocho horas de sacrificio en vano.
Es lo que ocurrió el viernes cuando 15 minutos antes de comenzar a dar números para turnos, un funcionario avisó que “oftalmólogo no hay y sólo se darán 10 turnos por cada especialista”.