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Es con relación a la aplicación del decreto Nº 70 “de necesidad y urgencia”, del presidente argentino Mauricio Macri, que ya restringió el ingreso y facilitó la expulsión de cientos de compatriotas itapuenses desde mediados del mes pasado.
Gamarra había declarado a medios de prensa argentinos que “esta maniobra no es nueva y responde a la normativa vigente”. Dijo que “se trata de leyes compartidas en los países del Mercosur y que este tipo de expulsiones o restricciones se dan en todos los países con ciudadanos que tienen antecedentes. En ese caso estas personas en particular tienen como antecedente el haber eludido los controles migratorios, entre otras acciones”, expresó.
“Se trata de personas en flagrancia. Son restricciones o expulsiones por cinco años. En su mayoría son paseros que intentan eludir a la Gendarmería y Aduanas. Tratan de eludir el control a la hora de entrar a la Argentina, o ingresan al país por sitios donde no hay controles migratorios. Tienen antecedentes”, explicó.
Gamarra es el diplomático de nuestro país que en octubre de 2014 tuvo una actitud lamentable e irresponsable. No solo justificó la situación infrahumana de sus compatriotas presos en destacamentos policiales y de la prefectura argentina al decir que en la Penitenciaría Federal de Misiones no había lugar, sino que tampoco se interesó por el caso puntual de dos jóvenes recluidos en la Prefectura Naval Argentina de Corpus, en la costa del río Paraná, que vivían el encierro en esa repartición con desesperación. Adujo que la Cancillería paraguaya aún no le había remitido los recursos económicos.