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García señaló que los viáticos otorgados a los funcionarios que viajaron en noviembre pasado a Madrid, España –entre ellos la funcionaria de la dirección de Gabinete Lizza Benavente– se ajusta a la escala establecida por el Poder Ejecutivo. Benavente llevó poco más de G. 17 millones para un evento que duró cuatro días. Defendió fervorosamente a la funcionaria de quien dijo que su ida a la capital española no tiene ninguna connotación de pareja o de privilegio como se mencionó.
Al mismo tiempo, García trató de justificar la resolución por la cual otorgó vacaciones a su jefa de gabinete, María Norma Martínez Irigoitia, apenas dos meses después de ser nombrada en la institución, diciendo que la misma tenía un viaje planeado. Martínez Irigoitia es candidata a senadora por Avanza País del senador Adolfo Ferreiro, amigo del contralor. Para peor, inclusive dio a entender que están buscando un resquicio legal para sostener el privilegio otorgado a la Martínez Irigoitia.
A esto se suma el hecho de que la funcionaria, unos meses antes de su nombramiento, se benefició con una adjudicación directa para la elaboración de un manual de funciones para el Gabinete de la Contraloría, a un costo de G. 108 millones. García no hizo ninguna alusión al trabajo realizado, si es que se hizo.
Finalmente, aseguró que los cuestionamientos a su gestión no son otra cosa más que una campaña contra la estabilidad institucional de la Contraloría.