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La licenciada Delia Mora fue notificada hace dos semanas de que fue sacada de la Dirección de Informática del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), según los registros de la jefatura de recursos humanos del ente. Con el documento iba anexada otra nota en la que le obligaban a salir de vacaciones hasta mediados de enero.
La destitución de la funcionaria coincidió con el anuncio de la Justicia Electoral sobre la compra de equipos informáticos por un valor de US$ 10 millones (más de G. 45.000 millones) para agilizar el conteo en las elecciones municipales de 2015 donde se aplicará el sistema de listas desbloqueadas.
En remplazo de Mora designaron al diseñador gráfico Fausto Von Streber, de extracción colorada.
Este estará a cargo de solicitar las características de los equipos a ser adquiridos en el primer semestre del 2014.
El repentino remplazo llamó la atención de los propios funcionarios, pues hasta hace pocas semanas la citada funcionaria remplazada era presentada por los ministros del TSJE como una de las responsables del exitoso sistema de Trasmisión de Resultados Preliminares (TREP) vía banda ancha utilizado en las elecciones del 21 de abril. Este sistema innovador fue diseñado en gran parte por Mora y su equipo y la tecnología ya fue replicada por varios organismos electorales de América bajo asesoramiento de la ahora exdirectora de Informática.
En la Justicia Electoral los funcionarios de mandos medios ya sospechan que con el relevo de Mora solo se busca asegurar que la redacción del pliego de base y condiciones sea a medida para beneficiar a “empresas amigas” y lograr de esta forma las comisiones correspondientes.
¿El motivo del cambio?
En la Justicia Electoral la destitución de Mora se maneja con hermetismo. Sin embargo, altos funcionarios señalan que la remoción tiene como objetivo asegurar que no existan irregularidades en las próximas compras de equipos.
Esto atendiendo que en la adquisición de máquinas a ser utilizadas en las elecciones generales del 21 de abril pasado se habrían detectado irregularidades en el pedido de equipos informáticos, que luego de ser adquiridos a pedido de los técnicos no se utilizaron, es decir, se compraron en vano.