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El millonario monto se tenía que destinar a la construcción de armerías y polvorines, pero que terminaron despilfarrados en sobrefacturaciones, compra de ropa interior, perfumes, labiales, etc. Al par, su esposa, Lucía Duarte de Garcete, conocida como la “generala”, manejaba la fundación privada Nuestra Señora de la Asunción (Funsa), dentro de las Fuerzas Militares. Incluso, alardeaba de las ayudas que realizaba usando la infraestructura de las FF.AA., y a los tenientes y coroneles que le hacían de secretarios, chofer, telefonistas. A estos uniformados que le rodeaban a la “generala” se les privilegiaban con jugosos sobresueldos, mientras que –por ejemplo– los militares que prestaban servicios en las fronteras servían en condiciones deplorables.
Estas denuncias se realizaron a través de nuestro diario durante el Gobierno de Horacio Cartes pero nunca hubo una sanción.
El anterior asesor político presidencial Darío Filártiga fue denunciado públicamente en diciembre del 2017 por el colega diario Última Hora por utilizar a 14 militares para realizar las tareas domésticas de su casa.
Además, según un estudio realizado por la ONG Servicio Paz y Justicia Paraguay (Serpaj-Py) desde 1989 al 2012, al menos 147 militares perdieron la vida dentro de los cuarteles, en situaciones que no fueron aclaradas.
El caso de la militar que fue enviada a prisión por pedir permiso para poder amamantar a su hijo, fue otro hecho que ocurrió dentro de las FF.AA. y que generó el repudio ciudadano.