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Según los entendidos, Marito gana si la participación de los electores es baja. Alegre gana, si la participación es alta. El otro problema que acosa a los colorados es el fantasma del voto cruzado. Este drama es más pronunciado en la ANR por tratarse de una oferta electoral de un solo partido que busca mantener la disciplina rígida de sus electores con la consigna del voto a su lista “de punta a punta”, algo que muchos afiliados ya no están dispuestos a obedecer por la repetición de nombres en las listas de candidatos desde hace años.
Sin embargo, el voto cruzado en la Alianza Ganar es más tolerado por el hecho de que los aliados tienen solamente la “obligación” de votar a presidente y vice, y luego cada partido o movimiento acompaña a los suyos para otros cargos.
Participación alta:
La participación en las elecciones generales desde el año 1993 arroja un promedio de 69,4%, lo que redondeando en 70% exige una movilización de 2.982.000 electores el domingo. Para que Marito pueda ganar por el porcentaje que dice la encuesta de Capli 54,9% necesita cosechar 1.640.100 votos del total de electores participantes.
Esto representa 535.931 votos por encima de lo que obtuvo Horacio Cartes en las elecciones generales de 2013 y 520.822 votos más sobre el total conseguido por el Partido Colorado en las internas de diciembre pasado; esto es la suma de los votos de Honor Colorado y de Colorado Añetete.
Participación baja:
Si la participación en los comicios es baja, es decir, del 55%, los colorados se sentirán más cómodos, ya que necesitarán sumar a sus internas de diciembre pasado 167.029 votos. A medida que el porcentaje de participación baja, es más factible la victoria colorada por la garantía de su voto seguro.
Participación muy baja:
Si la participación llegara solamente al 50%, la ANR necesitará 50.092 sobre los votos obtenidos en las internas últimas. El único porcentaje de participación que conviene a la ANR es del 47%, ya que con dicho porcentaje tendrá igual cantidad de votos obtenidos en las internas de diciembre de 2017.
Hubo internas en las que la ANR obtuvo más votos que en las generales, pero también viceversa: en que obtuvo más votos en las generales que en las internas. Pero las diferencias no fueron muy significativas en ambos casos, excepto la última vez que Cartes consiguió 270.000 votos por encima de las internas, lo cual se considera excepcional por el hecho de que la ANR estaba volviendo de la llanura y entregaron una especie de cheque en blanco a Cartes para retomar el poder.
En la oposición, la esperanza se centra en una alta participación, es decir, de por lo menos 70%, ya que de esa forma obligará al oficialismo a buscar muchos votos más que los obtenidos en sus internas. Esta es la razón por la que en el último tramo de la campaña de la Alianza Ganar se centra en la exhortación de concurrir a votar.