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Los clientes son los habitantes del nordeste argentino, que cruzan el río motivados por los excelentes precios en los negocios alberdeños. Aislados del resto del territorio departamental, y olvidados por el Gobierno paraguayo, hasta hace poco tiempo la población dependía casi exclusivamente de la buena voluntad de los formoseños para casi todas sus actividades.
La educación de los jóvenes, la salud, el refugio cada vez que se registraban inundaciones y hasta la ayuda social del Gobierno del vecino país daban vida a este territorio abandonado.
La ruta de tierra que la unía la zona con Villeta se convertía con una pequeña lluvia en un muro de lamentaciones, con largas filas de vehículos empantanados en el intento de sortear la pésima vía, la que se perdía en tiempos de riada, sumergida bajo las aguas del río Paraguay. En aquellos momentos, también los argentinos tendían su mano, siendo las rutas del nordeste las vías de escape para los viajes a Asunción y otros puntos del país.
Hoy Alberdi debe prepararse para una realidad distinta; la capa asfáltica ya superó Villa Oliva y se encuentra cada vez más cercana a la ciudad. Es necesario implementar un plan de ordenamiento territorial que marque las pautas del futuro crecimiento. La Municipalidad debe hacerse cargo de los desechos sólidos y líquidos, que actualmente se acumulan en la zona céntrica y en los puntos de ingreso a Alberdi.
Con ayuda de la ANNP, la Gobernación y la EBY se debe ordenar la zona portuaria, instalando locales comerciales aptos que permitan dar comodidad a sus ocupantes y a los visitantes argentinos, despejando los espacios públicos usurpados por improvisadas casillas, dando una imagen de gran desorden.
El Gobierno Central también debe hacer su parte realizando mejoras de los servicios que prestan la ANDE y la Essap.
clide.martinez@abc.com.py