Tanteo para el próximo paso

En internet circula el caso de una señorita serbia que ve todo al revés pero ella declara no encontrar obstáculo alguno en ello. “Sólo cambia mi forma de ver el mundo”, dice y los médicos le explican que sus ojos ven las imágenes en posición correcta, sólo que el cerebro se encarga de cambiarlas. El caso es conocido por los expertos como “orientación espacial”.

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Me pregunto si el caso de Villarrica sería algo análogo o solo es fuente de una seguidilla de bromas que luego se convirtió en parte de la identidad local. Cualquiera sea el caso, lo cierto es que la crisis de la Gobernación de Guairá se prestó nuevamente a las bromas sobre la supuesta orientación espacial de los guaireños.

Es realmente insólito que en algún momento el departamento contara con tres gobernadores al mismo tiempo, pero las bromas no llegaron a cubrir la profundidad de la crisis política desatada en aquella región sino todo lo contrario: la crisis sirvió para destapar detalles ocultos respecto al intento de copamiento cartista de todos los resortes sin posibilidad alguna de disidencia interna, con miras a la reelección.

Es más, despertó también el miedo de las gobernaciones no alineadas al cartismo –a pesar de que todas deberían ser ejecutoras de los planes de desarrollo del Ejecutivo– a ser sujeto de intentos de golpes o de intervenciones amañadas para completar los cuadros necesarios de un plan en curso.

Hay quienes piensan que el intento de golpe al gobernador de Guairá es una prueba en miniatura de lo que se podría realizar a otro nivel con el fin de llegar al objetivo de la reelección, de lo cual se deduce que si fuera así hasta el momento el laboratorio está lanzando un producto fallido, aunque al parecer no todo está dicho con respecto al final de la disputa.

Si realmente fuese una prueba para acontecimientos futuros, la lección que recibe el oficialismo con esto es que nada es fácil ni matemático cuando se trata de forzar los resultados con procesos políticos torcidos.

En consecuencia, para concretar la reelección será inevitable enfrentar situaciones como las que soportó el gobernador y su gente en el sentido de refutar las acusaciones con medias verdades y rechazar las maniobras, para lo cual tal vez ayudó al gobernador la “orientación espacial” de los guaireños.

Ningún golpe puede hacerse calcado de otro, pero en todos los casos los ideólogos deben saber medir el comportamiento de la resistencia, tanto del o los afectados directos como de la gente de la calle.

Luego, no hay que descartar la posibilidad de que el intento de golpe de Gobernación haya sido un kit (conjunto de piezas o instrumentos para realizar alguna función o actividad) activado adrede desde un centro de monitoreo y desarrollo de estrategia para la creación de futuros acontecimientos en los cuales interviene inevitablemente el factor ciudadanía.

Los oficialistas y sus eventuales aliados en busca de la reelección necesitarán hacer por lo menos un golpe de Estado de los denominados blando o suave para implantar la reelección por medio de la enmienda o de la certeza constitucional.

Se conoce como golpe de Estado blando, suave o encubierto el uso de un conjunto de técnicas conspirativas no frontales ni violentas, para desestabilizar un gobierno y provocar su caída o continuidad más allá de lo acordado, sin que aparezcan a la vista elementos que comprometan a otros poderes del Estado.

Si este fuera el caso en curso en el Guairá significa que la prueba de laboratorio aún está en marcha y el resultado aún no está terminado. Corresponde a la ciudadanía dar la contestación que exige una sociedad democrática a una conspiración estatista en curso que intenta burlarse de la soberanía y las instituciones.

ebritez@abc.com.py

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