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Esta lamentable situación afecta a la principal actividad económica de esta región chaqueña: la ganadería. Es decir, para que los propietarios puedan trasladar los animales hacia los principales mercados del país.
De esta actividad depende un gran porcentaje de los pobladores, que trabajan como peones, alambradores, realizan labores de limpieza de campos en las estancias.
La gobernadora recibió un departamento con caminos destrozados. También heredó de sus últimos antecesores (Erasmo Rodríguez, Rosalba de Penayo, Justo Fernández Bauzá) un cementerio de chatarras, máquinas viales viejas y sin funcionar.
Al 99 por ciento de los tramos viales en pésimas condiciones se sumaron las grandes lluvias que se registraron desde inicios de este año y que superaron las marcas normales.
La gobernadora Ocampos no puede mirar hacia atrás y llorar sobre la leche derramada, ya que tiene la enorme posibilidad y responsabilidad de demostrar que dirige un gobierno serio y responsable, distinto al de sus antecesores.
Recientemente la ejecutiva departamental destinó una parte de los G. 5.000 millones que recibió la Gobernación por la emergencia declarada en la región a la compra de un equipo vial.
Ahora es el momento de comenzar a realizar trabajos serios y responsables en la reparación de los tramos camineros de la zona para que la población pueda contar con caminos de todo tiempo y para que nunca más sufran por casos de aislamiento.
calmiron@abc.com.py