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El proceso ya tiene aprobación de la Junta Municipal –un órgano manejado por una mayoría incondicional al Ejecutivo– y la firma del mal llamado “convenio de cooperación” sería esta semana.
Pasó con la primera adjudicación directa de la playa San José, durante la gestión del exintendente Juan Schmalko (ANR), y se repite ahora, con la exclusividad de la venta de espacios publicitarios. En ambos casos aparece un mismo beneficiado –con diferentes socios eventuales– Juan Andrés Szopa, lo que llevaría a pensar que se trata del comodín de un grupo que opera tras bambalinas para disponer del buen negocio de hacer dinero empleando el potencial económico que ofrecen las playas y la avenida costanera.
El intendente y sus socios no solamente violaron elementales principios de igualdad de oportunidades, al acordar entre cuatro paredes un negocio excluyendo a potenciales interesados, sino que se erigen en dueños del espacio público, donde deciden qué hacer y cómo hacer, para ganar dinero en detrimento del derecho ciudadano al disfrute y goce de un bien público, que son las playas y el paisaje libres de contaminación visual o construcciones particulares.
Desde antes que la ciudad de Encarnación disponga de los extensos espacios verdes a lo largo de la avenida costanera que bordea el río Paraná, circulan especulaciones sobre grandes negociados que se estaban gestando desde los círculos de poder político con estos apetecibles sitios.
Toda esta “crónica anunciada” y se desarrolla como capítulos de una historia ya conocida y aceptada con resignación por una ciudadanía que protesta aisladamente, incapaz de articular acciones que canalicen su disgusto y desaprobación.
jaroa@abc.com.py