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Achacar significa “atribuir, imputar a alguien o algo un delito, culpa, defecto o desgracia, generalmente con malicia o sin fundamento”, y cuando esta situación se convierte en política de Estado por los que detentan el poder arbitrario e indefinido, se constituye en un delito de falsificación de la verdad con gravísimas consecuencias para la libertad y la seguridad de los ciudadanos, pues establece un régimen de “miedo” para mantener al gobierno ilegítimo.
Los expertos describen esto como parte de la “metodología castrista de control social”. Es decir, una de las herramientas con que la dictadura cubana institucionalizó su permanencia en el poder sobre su pueblo. Este “método vil” fue expandido junto con el desarrollo del castrochavismo que, con dinero y petróleo, ha llevado a la miseria a Venezuela y parte de las Américas, a una situación de inseguridad y oprobio que divide a la región en democracias y dictaduras.
La aplicación del “método vil” para encubrir crímenes de estado y delitos de los grupos de delincuencia organizada que controlan los regímenes de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua es utilizada desde campañas de prensa y propaganda hasta declaraciones oficiales, acusaciones, enjuiciamientos y procesos que producen “sentencias infames”, presos políticos, perseguidos y exiliados políticos y sostenidas campañas de “asesinato de la reputación”.
En La Habana, con un régimen totalitario como el castrista –donde todo se controla, especialmente los elementos y medios tecnológicos– ¿quién puede creer que el gobierno cubano no sabía lo que se hacía en contra de los diplomáticos estadounidenses en el caso de los ataques sónicos? Por aplicación del “método vil” para achacar sus crímenes a las víctimas, la versión oficial en La Habana ante dicho suceso fue: “Estados Unidos deteriora las relaciones bilaterales”, porque “Cuba jamás ha perpetrado ni perpetrará ataques de ninguna naturaleza...”
Así como se lo aplican a la primera potencia mundial, el castrochavismo emplea el “método vil” en Venezuela donde Nicolás Maduro acusó y condenó a Leopoldo López de asesinatos cometidos por la dictadura; también, por unos crímenes del gobierno madurista, fue encarcelado el alcalde Ledezma y hoy existen en el país presos políticos, torturados, condenados y acusados que realmente son inocentes. Decenas de miles de exiliados venezolanos son también un testimonio extendido por el mundo de ese “método vil” de sindicar inocentes para proteger a los verdaderos delincuentes.
Rafael Correa aplicó el “método vil” en el Ecuador cuando el 30 de septiembre de 2010 (30S) enjuició y encarceló a las víctimas, incluyendo al coronel que lo atendió y lo protegió; también las sentencias judiciales por un tuit o por aplaudir como el caso Endara, o sus enjuiciamientos a los periodistas y las confiscaciones de medios de comunicación para encubrir la corrupción y controlar a la prensa. El nuevo presidente Lenin Moreno tiene la oportunidad de anular y reparar lo que el “método vil” ha ocasionado y sacar a su país del grupo de dictaduras castrochavistas, pero hasta ahora todo sigue igual.
En Bolivia, Evo Morales rinde homenaje al Che Guevara a 50 años de su derrota guerrillera por el Ejército boliviano, de manera que el “método vil” opera para intentar presentar como un héroe al agresor sanguinario que invadió Bolivia y mató a decenas de bolivianos; a ese fusilador de Cuba y matón en el Congo, cuya foto imponen en oficinas públicas y escuelas, con monumentos y hasta una condecoración, mientras encarcelan a los defensores de Bolivia, como el General Gary Prado, quien capturó al Che, o los humillan como a los excombatientes de Ñancahuazú.
Evo Morales aplica también el “método vil” con la masacre de octubre de 2003 que organizó y ejecutó para derrocar al Presidente Constitucional, y con cerca de 20 masacres que ha perpetrado en La Calancha, el Hotel las Américas, el Porvenir, Cochabamba… donde siempre achaca a sus víctimas los crímenes que perpetra y firma. Actúa como acusador para no ser juzgado y condenado.
El “método vil” –desarrollado por la dictadura cubana– está en plena acción y es ahora parte de la patente dictatorial castrochavista. El lector puede apuntar miles de casos más… [©FIRMAS PRESS]
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy