Enfrentar al “mecanismo”

Todo un mecanismo para facturar por medio de licitaciones, obras, servicios públicos e incluso con donaciones que debían ir las personas más necesitadas, dejaron montado en la Municipalidad de Ciudad del Este el senador Javier Zacarías Irún (ANR) y su esposa, la defenestrada intendenta Sandra McLeod de Zacarías (ANR). Miguel Prieto, el primer intendente no zacariista y no colorado en ese municipio, tiene dos opciones: o lo enfrenta, o el mecanismo acabará por devorarlo.

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Una señal de que Prieto tendría intención de enfrentar al sistema preparado para el “fato” es que las recaudaciones diarias, gastos en salarios y otros datos inaccesibles hasta hace poco se están poniendo en la web, a disposición de la ciudadanía. Hay 2.732 funcionarios en la Municipalidad y Ciudad del Este tiene 300.000 habitantes. O sea, en la Comuna hay 1 empleado por cada 109 pobladores, pero la ciudadanía recibe pésimos servicios públicos.

Los 2.732 funcionarios cuestan mensualmente G. 6.265 millones en salarios. Este mes, hasta el viernes, la Municipalidad había recaudado G. 4.567 millones. Ingresan a las arcas un promedio de casi G. 300 millones diarios. Para fines de mayo la institución habrá recaudado poco más de G. 7.000 millones. Más del 90% será destinado a sueldos. Quedará casi nada para otros gastos o alguna inversión.

Pero, según Miguel Prieto, ni el municipio necesita tantos funcionarios ni todos esos funcionarios trabajan. En su mayoría, según él, son “planilleros”. De hecho, durante la intervención liderada a principios de año por Carolina Llanes se encontró que había equipos de fútbol enteros que percibían sueldos de la Municipalidad esteña. Y no dejó de sorprender que el primer día de trabajo del nuevo intendente, decenas de personas aparecieran de la nada, formando una kilométrica fila frente al reloj marcador de la Comuna con intención de registrar su entrada y salida. Se informó ese día que la institución ni siquiera tiene la infraestructura necesaria para designar trabajo a tanta gente.

Sanear esto y hacer funcionar una institución demasiado corrompida, implican carácter y determinación. Está por verse si Prieto los tiene o no. Como si la cuestión de género estuviera vinculada a la capacidad de administrar la cosa pública, en las redes se debate cuánto apoyará su gabinete a la comunidad gay, si son pro vida o pro familia. Lo que hay que ver es si existe o no voluntad de enfrentar roscas como las de los planilleros, las que por años operaron en la Policía Municipal, en contrataciones y en la provisión de los servicios básicos. 

Tras 17 años de un perfecto funcionar del “mecanismo” corrupto, se abrieron las posibilidades para el cambio. El reto es alto. Y está visto que hay una ciudadanía expectante, que no dudará en salir de nuevo a protestar si las cosas no se hacen como corresponde.

mariana.ladaga@abc.com.py

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