El pasto y la pasta

Durante los años de la dictadura de Alfredo Stroessner, y aún después de su caída, la Municipalidad de Asunción no era más que una seccional colorada de donde se surtían la Asociación Nacional Republicana y los seccionaleros. 

Cargando...

Según documentos que milagrosamente se habían salvado de la famosa inundación del Archivo ubicado en el último piso del flamante palacete municipal de Villa Aurelia, en 1991, cuando ya se supo que Carlos Filizzola había ganado las primeras elecciones democráticas, la Comuna hasta hacía de almacén de ramos generales. 

Por ejemplo, en la Asociación de Damas de Asistencia Social del Partido Colorado estaban muy felices porque la Municipalidad de Asunción se encargó de arreglar el jardín y el empastado de la “Honorable Junta de Gobierno”, en 1987. 

En época del intendente Cnel. José Luis Alder (1989) también se agradecía “la valiosa colaboración” de la Municipalidad que proveyó un bus para el traslado de “correligionarios” a las concentraciones políticas de San Taní y Villarrica. Firmado: “Comisión de Mujeres con Vocación de Servicio”. 

La Comuna no solo era dadivosa con los colorados, también con los militares a quienes donaban trofeos para torneos y les proveía mensualmente trapos de piso, panes de jabón de coco, detergente y escobas comunes. 

Pero el Partido Colorado no solo se había quedado más de una veintena de terrenos destinados a plazas y edificios públicos en los barrios, sino también pagaba un salario a decenas de sus operadores, los tan mentados planilleros que solo aparecían para cobrar y nunca para trabajar. 

La práctica de rifar el dinero del contribuyente y aprovecharla para los fines partidarios no terminó con la caída de la dictadura y sigue, aunque bajo otra modalidad: la de convertir la Municipalidad de Asunción en una máquina de generar “empleos”. Y en esto, lastimosamente, se igualaron las sucesivas administraciones, independientes y liberales. Todos llenaron la Comuna con sus seccionaleros, operadores políticos o dirigentes de base, como le llaman en cada nucleación. 

La situación llega al colmo. Según la denuncia publicada en la edición de ayer de ABC Color (Pág. 22), en los últimos cinco años el exintendente Arnaldo Samaniego y el actual presidente de la Junta Municipal, Hugo Ramírez, triplicaron la cantidad de funcionarios en la Junta. De un total de 500 empleados en 2011 se pasó casi a 1.500 en la actualidad. Una aberración; ¡más de medio centenar de funcionarios para cada concejal! 

“De 30 funcionarios que tenía el Legislativo Municipal en 1991, pasó a tener 1.270 empleados que saturan los pasillos y oficinas convertidas en cuchitriles. En la Intendencia, la población raya los 7.000, muchísimos recomendados o cupos de los ediles”, decíamos en esta columna el 20 de agosto de 2017. Por lo visto suma y sigue. 

La situación no tiende a cambiar y el prebendarismo y el vandalismo político de intendentes y concejales se llevan de la Municipalidad de Asunción el pasto y la pasta, también.

Obs.: Diccionario de la RAE: pasta: 10. f. coloq. dinero (moneda corriente) y 11. f. coloq. dinero (hacienda, fortuna).

pgomez@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...