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Y hablando de regalos de fin de año, la suba del gasoil fue otro desliz que nos trajeron los magos de nuestra finanza para que unos cuantos sigan viviendo como reyes. Lo que también suele crecer, como las facturas energéticas, es el río Paraguay y los únicos que planifican con cada subida anual del agua son los ribereños ya que siempre proyectan seguir viviendo como damnificados. Y para no salir del agua, los pescadores de los ríos también ya tienen todo planificado que a fin de año recibirán subsidios y con un rol en donde se inscriben hasta los que ni saben diferenciar un pacú de una corvina.
Pero no todo se deja que el azar haga un trabajo eventual. Los trabajos fiscales fueron planificados, solo que unos audios miserables ventilados por ABC Cardinal e insertados en las páginas de este diario fragmentaron y el teléfono cortado hizo unir todas las trapisondas de una formidable caterva de ruines y sinvergüenzas. En un país de verdad jamás podrían ser candidatos parlamentarios y menos aun seguir libres y desde una mansión continuar atando los escandalosos hilos de una corrupta fiscalía general.
La producción agrícola para los que más necesitan se planifica con machetes, azadas, rastrillos, carretillas, palas y unos cuantos pollitos que solo fortifican el asistencialismo perpetuo, populista e inservible, así como la haraganería y el desarraigo de los campesinos. Son políticas que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) viene implementando desde hace décadas y se espera que el rumbo de las buenas prácticas agrícolas y el desarrollo integral ocupen, de una vez, el lugar que ficticiamente tiene el nombre de Reforma Agraria. Ya es hora de no planificar el desarrollo productivo de la agricultura familiar sobre el filo de un machete y en el pico de un pollito.
Un trabajo que no tuvo nada de planificado es lo que acaba de ocurrir con los camioneros que básicamente transportan los granos que se producen en el campo mecanizado hasta los silos y desde estos sitios hacia los centros industriales y de embarque. Además se habla de la soja, el maíz, el arroz, el trigo, así como el embarque del ganado vacuno, de las frutas, la mandioca, batata, hortalizas y otros rubros.
Un montón de dinero fue frenado con el paro camionero, el puerto de Concepción estaba esperanzado en colectar el millón de toneladas de la soja de Mato Grosso, el efecto multiplicador del acarreo iba llegar también a Pedro Juan Caballero y a todo lo largo de la Ruta 5 de unos 220 km, a toda la flota de barcazas que tiene el país y que los camiones paraguayos acarrearían la mitad de la carga. No olvidemos que la soja es brasileña, que los bitrenes se deslizan más rápido, gastan menos combustible y no deterioran las rutas por la cantidad de ejes que tienen.
A “buena hora” explican los del MOPC y ahora también resulta que una buena cantidad de la soja paraguaya está bajo riesgo de no salir de las chacras, encima la zafra está muy golpeada por los últimos chubascos en las zonas productoras. Hay 10 millones de toneladas de soja paraguaya que transportar y nada es imposible cuando se tiran las cartas sobre la mesa, se dialoga, se explica y se planifica en frío entre todos los protagonistas que deben intervenir, pero eso sí, la excelente producción sojera paraguaya se merece proceder con las neuronas tranquilas, lúcidas y extendidas.