Brasil, de rodillas

No podría ser diferente.El presidente Horacio Cartes cumplió a cabalidad lo que de un estadista se esperaba, y puso el Mercosur, especialmente Brasil, de rodillas frente a Paraguay

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Pero, ¿qué hacer de ahora en adelante?

Desde su reelección, la nada inteligente presidenta argentina Cristina Fernández comenzó una política de traba a las importaciones para ahorrar dólares e intentar incentivar la nada competitiva industria argentina, lo que generó roces con todos los países, más precisamente Brasil, su principal aliado estratégico, el cual, con la también nada inteligente presidente Dilma, comenzó a trabar las exportaciones argentinas, acabando así con la política de “paciencia estratégica”
Como resultado, en el inicio de 2012 el comercio bilateral Brasil-Argentina comenzó a descender rápidamente, poniendo a peligro el Mercosur, importante instrumento político brasilero.

En ese momento, entra Hugo Chávez.

Al darse cuenta del desgaste bilateral, el caudillo bolivariano comienza a aumentar drásticamente las importaciones, tanto de Brasil como de Argentina (más de 50%). Se dan cuenta de que Venezuela puede ser la tercera vía a la industria de los dos países, preservando de esta forma el Mercosur.
¡En ese momento sucede la destitución del expresidente Lugo!

Cuando Brasil y Argentina decidieron “punir” el Paraguay por destituir constitucionalmente al presidente títere bolivariano, tenían en mente solucionar, con el ingreso de Venezuela, la paralización comercial causada por la estupidez económica argentina.

¡Seguramente, aquel fue el momento más vergonzoso y burro de toda la historia diplomática brasilera!

¿Por qué decimos eso?

No es solo por una interferencia vergonzosa en los asuntos internos de Paraguay, sino porque el “tiro salió por la culata”.

Lo que sucede es que tanto Brasil como Argentina son mucho más dependientes de Paraguay económicamente hablando, que al revés.

Brasil, anualmente acumula con Paraguay un superávit comercial anualizado de alrededor de más de US$ 2.000 millones, y Argentina, un superávit comercial de más de US$ 1.500 millones. Más importante es que Paraguay es uno de los más grandes mercados de la industria manufacturera de sus dos gigantes vecinos.

En los primeros seis meses de este año Paraguay ya es el 4º más grande importador de manufacturas brasileras en todo el mundo, y también en relación a Argentina, una vez que los dos grandes países tienen en las commodities agrícolas y minerales su principal fortaleza económica, al igual que en ventas externas, pues sus industrias son poco competitivas en el mundo.

La importancia de Paraguay es resultado del rápido crecimiento económico del país, de alrededor de 7,2% anual, en los últimos 40 años.

Un crecimiento sólido, sostenible, con mercado abierto, baja inflación y reducción permanente de la pobreza, con el consecuente crecimiento del poder adquisitivo local.

Entretanto, en los últimos 12 meses, los venezolanos, principalmente por la crisis económica que no parece tener fin, redujeron en más de 16% anual las compras desde Brasil, mientras Paraguay aumentó sus importaciones en 23%.

Finalmente, Brasil y Argentina, por la estupidez económica y las mentiras de sus gobiernos, también ahora pasan a tener serios problemas sociales, aparte de los económicos, con frecuentes manifestaciones y fuerte caída de apoyo popular a sus gobiernos.

Todo eso causa desconfianza en el mercado y los inversores prefieren retirar sus dólares de estas naciones para ponerlos en países más seguros, lo que viene ocasionando una fuerte erosión de las monedas locales y de las reservas internacionales, tornando brasileros y argentinos aún más dependientes del superávit comercial con naciones como China y Paraguay.

Pero la dependencia brasilera de Paraguay no es solo económica, sino política.

El gobierno brasilero tenía claro consolidar la hegemonía través de la ampliación del Mercosur a todos los países y de su ideología populista-socialista.

Con la suspensión política de Paraguay, los demás países sudamericanos se dieron cuenta de que el Mercosur se había transformado en un bloque político, no económico, lo que fortaleció la posición y consolidación de la Alianza del Pacífico, incentivada por EE.UU., Canadá y México, que fueron los tres países que más dieron fuerza a Paraguay en la OEA.

Esta desastrosa actitud brasilera empujó no solo a Paraguay hacia el Pacífico, sino también a Uruguay, que espera, ansioso, un paso delante de los paraguayos para también romper el paradigma mercosureño.

Con la Alianza del Pacífico, EE.UU. puede volver a tener influencia en la región, principalmente si Paraguay y posteriormente Uruguay se suman, siendo también la mejor alternativa comercial a la Unión Europea, que ya se dio cuenta de que el Mercosur, con los países bolivarianos y liderados por Brasil, es una pérdida de tiempo y dinero.

La posición paraguaya también fortalece la postura de los principales gremios empresariales brasileros que demandan al gobierno local que Brasil salga de las amarras comerciales del Mercosur, cuando UE y EE.UU. avanzan rápidamente en un tratado bilateral, siendo que el Gobierno Dilma ya no tiene margen de error, tan débil se encuentra internamente.

En resumen:

Paraguay tiene a Brasil de rodillas, y si tiene inteligencia puede conseguir acuerdos con altas ventajas para el país, principalmente en relación a los siguientes tópicos:

1. Posibilidad de negociar acuerdos bilaterales con otros países y bloques, como el Pacífico, UE y EE.UU., sin salir del Mercosur.

2. Renunciar a Unasur, fortaleciendo la OEA bajo tutela norteamericana, siendo que EE.UU. es un país mucho más confiable que Brasil y Argentina.

3. Denuncia de Ushuaia I, que solo sirve para que los países bolivarianos intenten imponer una cultura socialista populista a todos los demás. Lo que sucedió con Paraguay, y las elecciones venezolanas, demuestran claramente que esta “cláusula democrática” del Mercosur solo sirve a los amigos y sus propios intereses.

4. Acercamiento a EE.UU. y UE: Si los americanos realmente tienen interés en aumentar su influencia en Sudamérica es fundamental el ingreso de Paraguay, un país del Mercosur, a la Alianza del Pacífico, reduciendo la importancia de los países bolivarianos, con lo que se puede, desde ahora, negociar acuerdos varios con los norteamericanos y europeos. Estas negociaciones también pueden ayudar a abrir más la posición brasilera hacia las exigencias paraguayas. Hay varios otros temas que pueden ayudar a negociar con ventajas una nueva posición en el Mercosur, pero que no corresponde tratar ahora.

Lo que sí se tiene que llevar en cuenta es la inteligencia en este momento para negociar la desesperación brasilera, pues no se debe apretar tan fuertemente a un león herido, pero sí se puede bien aprovechar su actual debilidad.

* Investigador y presidente de Braspar Centro Empresarial Brasil-Paraguay. Máster en Administración y Negocios por la Fundación Getulio Vargas. Autor de los libros “Paraguay: un milagro americano” y “El sinceramiento de la economía paraguaya”.

wagnerenis@hotmail.com

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