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Una Fiscal dando por sentado que si alguien se murió, es porque se portó mal. Y que si uno se porta mal, es casi una consecuencia natural que se muera... Ignoro en qué parte de las facultades de Derecho enseñan estas presunciones como hipótesis para justificar muertes –en caso de que alguna pueda justificarse–.
Este caso ocurrido en Presidente Franco es sumamente misterioso. Ni la Fiscalía ni la Policía Nacional se preocuparon por investigar las desapariciones de dos jóvenes de 25 y 26 años. Y eso que la desaparición se agravó cuando apareció quemado –y en Foz– el vehículo en el que ambos iban. Sospechoso y sugestivo, parecía no haber ni interés ni preocupación en investigar lo ocurrido.
El jefe de comisaría que encabezaba los operativos ni se había tomado la molestia de ver el circuito cerrado... y la Fiscal llamó a la familia a declarar recién después de que la prensa empezó a reclamar respuestas.
La Fiscalía está pasando por uno de los peores y más sometidos momentos de su historia. El poder político tiene arrodilladas las voluntades de muchos; un año proselitista y en juego la silla del próximo Fiscal General del Estado no solo está develando la miseria del proceso para elegir al mejor sino el secuestro de la autonomía y el profesionalismo.
La misma pobreza profesional se delata con los sucesos del 31 de marzo y el 1 de abril de este año. Es como si hubiera dos fiscalías para una misma fecha. En la autopista número UNO la Fiscalía se desplaza con un veloz auto deportivo a 200 kilómetros por hora investigando la culpabilidad de jóvenes liberales acusados de haber quemado el edificio del Congreso. En la autopista número DOS, la Fiscalía va con tráfico colapsado a paso de hombre para sortear los intereses del poder. Aquí se investiga quién dio la orden de atropellar ilegalmente el local del directorio del PLRA y el asesinato de Rodrigo Quintana. En este caso, la Fiscalía no solo no se anima a preguntar sino que tampoco le interesan las respuestas.
El Ministerio Público representa al público. El Ministerio Público representa a TODA la sociedad ante todos los órganos jurisdiccionales del Estado paraguayo (artículo 266 de la Constitución Nacional). Tienen que velar por el respeto de los derechos y de las garantías constitucionales, promover la acción pública en defensa del patrimonio público y social, del medio ambiente, de los derechos de los pueblos indígenas (Ley 1562/00).
Miremos los ejemplos de la vecindad... la Fiscalía brasileña impulsando los casos Odebrecht, Lavajato y antes el Mensalao; la argentina empujando el caso Nisman... y dan ganas de llorar.
Paraguay, patria querida de las desesperanzas...