Adolfo Suárez

La muerte de Adolfo Suárez ha conmovido a toda la humanidad. Miles de manifestaciones de pesar y también muchos recuerdos de su trayectoria fueron publicados en los principales diarios del mundo, de modo que quizá quede poco por agregar. Pero me es imposible no escribir unas líneas para rendirle un homenaje, sobre todo porque tuve el privilegio de conocerlo personalmente, y almorzar con él en dos oportunidades: una en Asunción y otra en Madrid.

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No caben dudas de que su figura fue de capital importancia para el renacimiento de la vida institucional democrática en España. El tono conciliador de sus conversaciones, su capacidad de concertar acuerdos o de formar alianzas coyunturales le posibilitaron que su pasado falangista no le impidiera unir las voces disidentes y aun dentro de sus divergencias encontrar los caminos para transitar hacia un proceso que buscara, por sobre todas las cosas, unir a una sociedad que se encontraba profundamente dividida, casi se diría irreconciliablemente, a raíz de las heridas, todavía abiertas, de su pasado reciente.

Su figura cuidada, de elegante trajinar, la usaba para imponer respeto sin recurrir a posturas forzadas o estudiadas. Lo hacía con la naturalidad propia de quien reúne los caracteres de liderazgo necesario sobre todo en momentos de crisis. Y qué duda cabría que ese era el estado de los españoles con el posfranquismo, donde los desafíos eran enormes, desde la consolidación de su institucionalidad democrática hasta su integración con Europa.

Supo también sortear las dificultades para que un ejército poderoso y de gravitación dentro del régimen anterior pudiera entender que su misión habría de ser ya en lo sucesivo, de manera inexorable, la del respeto y sujeción al poder del Estado constitucional y democrático de derecho que iba naciendo. Precisamente durante su presidencia se discutió la aprobación de la Constitución Española de 1978, la que rige hasta hoy los destinos de ese país. Y si bien dicho proceso contó con el concurso de reconocidos juristas como Gregorio Peces-Barba, Miguel Herrero y otros, tuvo en el liderazgo ejemplar de Suárez el respaldo decisivo a las decisiones difíciles por las que atraviesa todo proceso constituyente. La Constitución española, que es fuente importante de la nuestra, fue fundamental al contribuir a que España comience a transitar por la senda democrática y de respeto a las instituciones del Estado de derecho. En las conversaciones que mantuvimos, principalmente hablamos sobre la transición paraguaya, y cuáles serían los caminos mejores para superarla. Sus conceptos fueron bien atinados, pero por sobre todas las cosas recuerdo una palabra que me quedó grabada: prudencia. Actúen con prudencia, dijo. Sin apresuramientos, pero también con determinación y sin pausas. El camino no es fácil, pero con constancia se llega.

No recordaré aquí otros hechos o facetas muy conocidas de su figura que resaltan su valor personal, la firmeza de su carácter y el inmenso amor que sentía hacia España. Pero Dios en sus ignotos designios decidió que justamente quien debería preservar más vívida la historia reciente de España, perdiera sus recuerdos, con lo cual también se perdió algo que quizás pudo haber sido fundamental para su país que hoy se debate entre la crisis económica y la política creada por algunas autonomías que pretenden separarse de España.

Concluyo diciendo que Suárez no murió ayer, lo hizo cuando el rayo brutal del Alzheimer golpeó su mente. Cuando no supo ya quien era. Cuando se le borraron los recuerdos de la reconstrucción de España a la que él contribuyó, y cuando el mundo vio azorado que se iban apagando, día a día, los latidos de su corazón que en su hora más gloriosa, fue también la gloria y el corazón de España. El mundo de pie le rinde hoy su emocionado homenaje. Desde este Paraguay altivo, pero aún sin encontrar la senda plena de la reconstrucción institucional, también nos inclinamos respetuosos ante su partida. Y le decimos que su ejemplo deberá serlo indiscutiblemente para todos los que en el mundo aspiran a vivir en paz.

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