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En Ayolas ocurrió lo contrario. La ciudadana Lida Torres, que tiene (o tenía) un terreno municipal en el barrio Lima, en un buen lugar, pagó durante más de 20 años el canon correspondiente y por un mes de atraso, sin aviso previo, le arrebatan su lote, siendo adjudicado a una funcionaria municipal del Departamento de Catastro, identificada como Edith Andino.
O sea, el mensaje para todos los pobladores de Ayolas es: cuídense, pues los funcionarios de Catastro Municipal están “agazapados” como tigres, esperando que alguien no pague el canon para “autoaudjudicarse” los lotes de los arrendatarios.
Este tipo de hechos genera la desconfianza de la gente hacia las instituciones públicas, los funcionarios y las autoridades.
Es inconcebible que las autoridades o los funcionarios aprovechen la información de primera mano que tienen para fines personales.
Hasta ahora, el intendente Nelson Delvalle (ANR) no ha resuelto el problema. Inclusive defendió la actuación de la funcionaria, dejando entrever que a partir de ahora los empleados de la Municipalidad pueden hacer uso de la información que tienen para autoadjudicarse lotes, o tal vez para comercializarlos. O sea, los mejores terrenos ahora serán para los funcionarios municipales. ¿Y el ciudadano común? Bien gracias.
Posiblemente, el intendente ya no revea la injusticia perpetrada por la institución que administra para privilegiar a una funcionaria. No obstante, la afectada explicó que por lo menos quiere hacer público lo sucedido para advertir a la ciudadanía de lo que está ocurriendo con los terrenos municipales.
waquino@abc.com.py