El gobierno de nuestro sistema educativo se mantiene lejos de la democracia y conserva hábitos propios de las dictaduras; atropella artículos fundamentales referentes a la educación en la Constitución Nacional y en las leyes del sector, al mismo tiempo que sostiene impunemente abusos de poder.
El Observatorio Mundial de Ética de la Unesco hace unos años detectó, en varios países, que la corrupción crece en la educación. Consideró tan grave y preocupante este hecho, que creó y mantiene una web, llamada ÉTICO, con la finalidad de ayudar a los educadores de los países miembros, a luchar contra la corrupción. Hay convencimiento generalizado de que la educación puede y debe ser uno de los recursos fundamentales en la lucha contra la corrupción.
Dos millones de personas dándose las manos y cantando canciones patrióticas a lo largo de tres países. Eso fue el método báltico, la Revolución Cantada de los Estados Bálticos. Durante cuatro años, de 1987 a 1991, los pueblos de Estonia, Letonia y Lituania enfrentaron la ocupación soviética esencialmente cantando. Treinta años después, tuve la oportunidad de visitar y aprender de esos extraordinarios países que mostraron al mundo otra forma de enfrentar la opresión.
La Corte Suprema de Justicia (CSJ) aprobó la publicidad de las declaraciones juradas de autoridades electas y funcionarios públicos de alto rango, incluso de políticos que en algún momento ocuparon cargos de relevancia. No se hicieron esperar las publicaciones en los medios de prensa, pero nada sorprendió a los ciudadanos puesto que muchos ostentan sus bienes de manera alevosa y desvergonzada.
Hay cosas que no van a cambiar nunca, entre ellas los informes anuales de los presidentes de la República. Largos, aburridos, lisonjeros y fantasiosos, cada año son no más que una autopista a la crítica periodística y ciudadana. En ese sentido, Mario Abdo no se ha apartado de la tradición democrática de estos discursos que aparecen cada 1 de julio en boca de los distintos mandatarios que frente al Congreso se paran a autoalabarse como dice el refrán que hace esa parte del cuerpo a la que nadie alaba.
Ya antes de la pandemia me preocupaban las altísimas cifras de desempleo y subempleo que aquejan a nuestro país, pero el cierre de muchísimas empresas de todos los tamaños, el achicamiento de otras y la paralización completa de áreas enteras de actividad productiva están generando una masiva destrucción de puestos de trabajo que está llevando la situación a lo insostenible, tanto social como económicamente.