CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (De nuestra redacción regional). “Cuando me llamaron para trabajar no dudé un segundo para decir que sí, aunque la responsabilidad era muy grande. No sabía nada de protocolo, ni de liturgia, ni qué tenía que preparar”, explicó aún emocionada Gladys Villagra de Zácher. Cuando llegó al Santuario ya le estaban esperando miembros de la guardia suiza que le dieron algunas indicaciones sobre lo que debía preparar.
Inmediatamente, con ayuda de su marido Javier Zácher y de su hija Pabla, inició la construcción de un camerino al costado del lugar donde está la imagen de la Virgen de Caacupé, utilizando telas y maderas. Se preparó un sanitario portátil totalmente forrado y un lugar para que el Vicario de Cristo se refresque y pueda tomar café, té o cocido, acompañado de masitas y chipitas que son el alimento preferido del Papa.
Fue precisamente en la sacristía donde el Santo Padre estuvo varios minutos porque sufrió una descompensación a causa de la emoción y el cansancio.
Gladys manifestó que también fue la encargada de decorar el pedestal de piedra donde se encuentra la imagen original de la Milagrosa. Mencionó que el padre Modesto Martínez fue una pieza fundamental en todo lo que se refiere a la liturgia y la forma que se deben disponer los objetos sagrados.
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Añadió que aprendió muchísimo con esta experiencia y que a pesar de haber trabajado casi 48 horas en forma ininterrumpida con su hija y marido, no sintieron el cansancio.
