“Dios te va a curar”, le dijo el Sumo Pontífice

Al menos 90 niños tuvieron contacto con el papa Francisco en el Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu. Se trata de un recuerdo que les deja esperanzas y un momento perdurable para toda la vida, tanto para los pequeños pacientes, como a sus padres, médicos y enfermeras que viven con ellos el día a día de su tratamiento.

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SAN LORENZO (Antonia Delvalle C., corresponsal). Uno de esos encuentros emotivos lo vivió Tobías Isidro Javier Maya Arévalos (9), paciente del área de oncohematología, quien hizo un intercambio de regalos con el papa Francisco. Tobías le obsequió un termo forrado con la imagen de la Virgen de Caacupé; el Pontífice le agradeció, le retribuyó su gesto con un rosario, muestras de afecto y le dio su bendición.

“Le pedí que me cure ya y él me dijo: Dios te va a curar”, comentó el niño que es paciente del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu desde que tenía tres años. El pequeño dijo que espera que un día Francisco se siente a tomar tereré con su obsequio en el Vaticano y que les recuerde.

Al momento de recibir al Sumo Pontífice, el niño estuvo acompañado de su madre Norma Beatriz Arévalos. Su padre, Hostyn Maya, dijo que hace seis años que Tobías sigue tratamiento en el Acosta Ñu, a causa de la leucemia rebelde, que varias veces provocó su recaída y la consecuente internación.

Anthony

Blanca Rocío Garay, de 23 años, mamá de Anthony Noguera, de apenas cinco meses, lloró de alegría cuando el papa Francisco alzó en brazos a su niño y lo bendijo.

“Me emocioné demasiado y cuando me bendijo también. Es indescriptible lo que sentí. El cáncer de mi hijo en el hígado es muy rebelde y dejamos todo en manos de Dios, que se haga su voluntad, pero estamos reconfortados con la visita del Santo Padre”, expresó.

Anthony nació prematuro, el 5 de febrero pasado, con seis meses y medio de gestación. Desde el inicio fue una dura batalla por sobrevivir: “Mi hijo nació con 1,600 kilos, estuvo 45 días internado, con siete meses y 15 días le dieron su alta, y para mí es una gran bendición tenerle aún con vida”, había señalado.

El papá de Anthony es Antonio Manuel Noguera Bernal, de 33 años, ayudante de albañil. Él se quedó trabajando y al cuidado de las hermanitas del varoncito, ellas tienen dos y cuatro años de edad.

El aula hospitalaria del Hospital General Pediátrico fue escenario de la confección, a cargo de niños enfermos, de las 50 cartitas que fueron entregadas al Pontífice en el denominado “Maletín de la esperanza”, durante su visita el pasado sábado 11 de julio.

El Papa visitó la sala de terapia intensiva, terapia intermedia, salas de internados, se reunió con un grupo de niños con cáncer, y con pacientes neurológicos. Recibieron también su bendición cuatro niñas con trasplante de corazón, entre ellas Liz Ávalos.

Liz fue la primera en someterse a tan delicada intervención en setiembre de 2012. Ella estuvo acompañada de su abuela, doña Rufina, la que le crío como una hija al igual que a su hermano, vendiendo remedios yuyos.

También estuvieron Liz Morales, Elvira Montiel y Miguela Ayala, acompañadas de sus madres.

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