Cabos sueltos desde el principio

La explosión del vehículo de la Senad que costó la vida al capitán de Ingeniería Enrique Piñánez y al suboficial José Manuel Báez fue presentado por la fiscalía y la FTC como un atentado del grupo criminal ACA.

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Uno de los sobrevivientes, el agente de la Senad Juan Manuel Jara, declaró ante el fiscal Joel Cazal que intentaron interceptar a un motociclista que llevaba un bulto consigo.

Señaló que cerraron el paso de la moto. Luego junto al otro misterioso agente bajaron de la camioneta (ambos estaban del lado izquierdo) con intenciones de bordear el vehículo para apoyar a sus compañeros que habían bajado antes, para tomar al sospechoso.

Refirió que al llegar a la cola de la camioneta se produjo la explosión que los lanzó hacia el otro lado del asfalto.

Oficialmente se informó que los agentes de la FTC tenían como objetivo desbaratar la comercialización de explosivos a miembros de la ACA.

Calificaron el hecho como un ataque terrorista de la ACA.

Sin embargo, algunos cabos sueltos generaron desde un principio dudas sobre el procedimiento.

Se intentó evitar dar a conocer que eran cuatro los integrantes de esa patrulla.

La declaración del doctor Sixto Barrios, quien atendió a los heridos en el hospital San Antonio, permitió conocer que había dos o inclusive más heridos cuyas identidades se omitieron.

Ante los medios de comunicación, Barrios señaló horas después del hecho que dos fueron los que llegaron al hospital.

En principio intentaron negar esa información, pero ante la seguridad del informe del médico, el secretario ejecutivo de la Senad, Luis Rojas, admitió la existencia de un cuarto integrante, pero dijo que no iba a hablar de él, por razones de seguridad.

La fiscalía ni siquiera lo llamó a declarar al cuarto integrante, alegando los mismos motivos.

El Dr. Barrios se ratificó de su declaración ante la fiscalía el pasado 28 de noviembre.

Y el lunes pasado dijo a nuestro diario que inclusive fueron tres los que llegaron hasta el hospital.

También genera dudas el hecho de que un vecino del lugar, al día siguiente del atentado, habló con medios de comunicación acerca de lo que pudo percibir.

Sin embargo, recién fue citado a declarar hace algunas semanas cuando nuestro diario cuestionó que la fiscalía obvió convocar a un testigo clave.

El Gral. (SR) Herminio Piñánez, padre de una de las víctimas fatales, expresó todas sus dudas sobre lo ocurrido, en una extensa declaración a nuestro diario.

Señaló que no solo el caso del hijo no es investigado en forma, sino que toda la actuación de los miembros de la FTC, en clara muestra de sospechas de corrupción, que no se indagan.

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