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En 2010, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) centró su atención sobre el entonces desconocido patrón de las drogas. Los agentes especiales supieron, por ejemplo, que el tal Samura recibía periódicamente en su establecimiento cargamentos de pasta base de cocaína que eran descargadas de avionetas paraguayas que recogían la mercancía en Bolivia. Rápidamente, la Senad identificó al principal piloto que trabajaba para Samura. Este resultó ser Carlos Antonio Viveros López, cuyo celular fue interceptado y sus comunicaciones grabadas. Durante un año, la Senad escuchó las conversaciones del narcopiloto. En varias comunicaciones, aparecía la voz de una “Persona No Identificada (PNI)” que liberaba los fondos y que daba las instrucciones al piloto para cada compra de cocaína.
Siguiendo las conexiones de Viveros, el 6 de mayo de 2011 la Senad y el Ministerio Público permitieron que este descargara 370 kilos de cocaína en una pista de la ciudad de San Alfredo, Concepción. La droga fue capturada y dos horas después otro equipo finalmente atrapó al piloto cuando aterrizó en un hangar de San Juan Bautista, Misiones, donde también cayeron presos otros elementos de la organización. Sin embargo, el elemento fáctico que conectó definitivamente a Samura con el cargamento de cocaína fue conseguido al día siguiente de la incautación, cuando fue allanada en Asunción la casa alquilada por este y su familia.
De hecho, en el lugar fueron apresadas la esposa del narco y una tía de esta última. En el celular de la esposa, se encontraron varias llamadas que hizo a su marido, coincidentemente al mismo número que usaba la “Persona No identificada” que venía siendo indagada por la Senad. Así, se descubrió que Samura era el patrón de todo el esquema, pero el capo una vez más logró escapar antes del procedimiento.
Su captura
Luego que su esposa fuera encerrada, Jorge Teófilo Samudio González intentó litigar desde la clandestinidad, condicionando su entrega a cambio de que la Fiscalía cambiara la calificación del hecho por el cual fue imputado. Como no consiguió su propósito, siguió en fuga.
Finalmente, tras permanecer siete años fugitivo, Samura fue capturado por la propia Senad, el 10 de octubre de 2018, en su misma estancia de la zona de Bella Vista Norte. Estaba con una decena de guardaespaldas que también fueron detenidos.
Ayer, cuando fue rescatado, debía afrontar una audiencia preliminar para saber si su causa por lavado de dinero es elevada a juicio oral, tal como ya pasó con su otro proceso por narcotráfico, señalaron fuentes judiciales.
Tanto la Secretaría Nacional de Inteligencia, la Dirección de Inteligencia de la Policía o Inteligencia Penitenciaria no detectaron los preparativos para el brutal ataque en el que usaron alrededor de 12 criminales con armas de guerra y ocho vehículos, recalcaron las fuentes.