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La crecida del río Paraguay, cuyos puntos más críticos se registraron entre los meses de abril y agosto de este año, dejaron a la avenida Costanera “José Asunción Flores” descuidada y con una vegetación visiblemente deteriorada.
Si bien hay ciudadanos que disfrutan de los espacios peatonales –que se extienden hasta la calle durante los fines de semana– en la zona de playa se observan yuyos, sombrillas de paja caídas y camalotes que llegaron hasta la orilla. Las aguas bajaron y las autoridades encargadas del cuidado de los espacios verdes se olvidaron de restaurar la vegetación.
Además, en las aceras las palmeras que en un futuro tendrían que adornar la avenida se hallan torcidas, sin hojas y rodeadas de un amarillento pasto, que evidencia más aún la falta de cuidado que debería ser mayor teniendo en cuenta el calor.
En los recorridos turísticos, tanto de extranjeros como de paraguayos que residen en el interior del país, la Costanera es un lugar de visita obligada. En lugar de maravillarse con este espacio, los visitantes se llevan una decepción al encontrar instalaciones abandonadas en medio de un clima desértico y poco mantenido.
Las autoridades de la Municipalidad de Asunción habían calificado a la Costanera no como una “vía rápida” para ingresar y salir de Asunción sino como una “avenida paisajística”. Sin embargo, el panorama actual está más cerca de ser un cuadro de “naturaleza muerta” en lugar de ofrecer una vista agradable.
Asunción recibió en setiembre pasado la distinción de “capital verde de Iberoamérica”. Se tuvo en cuenta que la ciudad posee 23 millones de metros cuadrados, lo que da un coeficiente de 26,03 metros cuadrados de vegetación per cápita.
Si bien la capital paraguaya aún alberga una gran cantidad de área vegetativa, son pocos los espacios que realmente reciben cuidado.
La avenida aún es zona de obras y está a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).