Un peligroso andar

Andar por el centro de Asunción es un riesgo para todos. Niños, jóvenes y adultos, ya sea a pie, en bici, sillas de ruedas o con bastón, se exponen a serios riesgos al circular por varias aceras capitalinas, debido al estado deplorable en que están.

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La Municipalidad cuenta con herramientas legales para obligar a cada frentista a mejorar las veredas en torno a sus inmuebles, sin embargo no las usa.

Rotas o hundidas, las veredas en el microcentro de Asunción siguen desde hace varios meses en deplorable estado, pese a las innumerables denuncias de peatones y las intervenciones municipales por transformar ciertas arterias en peatonales, supuestamente porque la admnistración actual “busca priorizar al peatón”. Sin embargo, solo a unos pocos metros, ese mismo ciudadano se encuentra con tramos de veredas intransitables.

Por su parte, las autoridades municipales, concejales e intendente, promulgaron ordenanzas, una muy reciente, que regulan la construcción y el uso de las veredas, que deben ser inclusivas según especifica una de las reglamentaciones, sin embargo nada hacen por hacerlas cumplir. Tal vez las olvidaron. Repasemos.

La Ordenanza Municipal Nº 217/12 es la que reglamenta la construcción y uso de veredas o aceras. Esta señala en su artículo 19 que “las veredas tienen que permitir la accesibilidad urbana a todas las personas por igual”.

Esos espacios entre las viviendas y las calzadas, llamadas aceras o veredas, son para el “desplazamiento exclusivo de los peatones”, según sostiene la propia normativa.

También apunta que deben reunir las especificaciones técnicas adecuadas para que Asunción sea una ciudad inclusiva, facilitando el desplazamiento de “personas en sillas de ruedas, con bastones, invidentes, de edad avanzada, obesas, embarazadas, etc.”.

La mencionada ordenanza también establece que la Municipalidad debe notificar al propietario cuya vereda no cumple las normas establecidas en la misma, dándole un plazo de 30 días hábiles para construir o reparar la parte de la acera que le corresponde. Igualmente le otorga 45 días para que termine el trabajo. Si no lo hace, cuadrillas de obreros municipales se deben encargar de las reparaciones y luego, la Comuna debe pasar el costo de los trabajos a la factura del contribuyente beneficiado. Ese monto debe incluir el monto en concepto de multa, también estipulada para cada caso.

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