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YBYCUÍ (Aníbal Velázquez y Fernando Romero, enviados especiales).Bajo un cielo nublado y un clima agradable, culminó ayer en esta localidad la primera peregrinación de sacerdotes del clero arquidiocesano a la tumba del siervo de Dios Julio César Duarte Ortellado, quien tuvo una activa labor pastoral.
La manifestación de fe comenzó en el Seminario Metropolitano, donde los sacerdotes se reúnen cada mes. La comitiva estuvo encabezada por el arzobispo de Asunción, Mons. Pastor Cuquejo. Una vez en el templo parroquial, los visitantes observaron una proyección sobre la vida del padre Duarte Ortellado, luego participaron de la misa y finalmente visitaron su tumba.
La misa fue presidida por Cuquejo, mientras que la homilía estuvo a cargo del obispo de Carapeguá, Mons. Joaquín Robledo, quien destacó la iniciativa de los sacerdotes arquidiocesanos, de llegar junto a quien trabajó por la espiritualidad y la dignificación del pueblo.
El obispo indicó que el padre Duarte Ortellado hizo mucho por comunidades de los departamentos de Paraguarí, Caazapá y Guairá. Agregó que fue una persona muy querida.
Robledo invitó a los sacerdotes a ser servidores del pueblo. Recordó al papa Francisco y a su antecesor Juan Pablo II, quienes siempre pidieron a los sacerdotes entrega y servicio. Señaló que el padre Julio amó a su gente y vivió de forma extraordinaria su sacerdocio.
La peregrinación fue la primera que se realizó como parte de una reunión mensual y de un retiro.
El padre Julio César Duarte Ortellado es actualmente considerado siervo de Dios y su proceso avanza hacia la condición de “venerable”, etapa en la que se tiene que probar sus virtudes heroicas y su fama de santidad. Este trabajo está siendo llevado adelante por una hermandad. Una vez superada esta etapa se llegará a la beatificación y luego la canonización. A estos dos últimos estadios se accede cuando por su mediación se prueban milagros. Estos milagros normalmente son testimonios de sanación de alguna enfermedad que la ciencia no pudo revertir.
El templo de Ybycuí es una de las obras que se construyó bajo la dirección del padre Duarte. Aquí se conservan sus cenizas en una tumba que se encuentra al costado del altar principal. Frente a su imagen, la gente permanentemente ora.