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En las esquinas con semáforos de Asunción y ciudades de Central ya es normal ver niños y adolescentes indígenas mendigando. Los organismos del Estado, como el Ministerio de la Niñez y el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), no hallaron aún el camino para reducir la cantidad de menores nativos en situación de calle.
Hasta el 2018, el Programa de Atención Integral a los Niños, Niñas y Adolescentes que Viven en la Calle (Painac) del Ministerio de la Niñez, reportaba 401 menores (310 niños y 91 niñas) en situación de calle, pero el número sería mucho mayor, según referentes de las diferentes Consejerías por los Derechos de la Niñez y la Adolescencia (Codenis) de las municipalidades.
A inicios de este año, el Dispositivo de Respuesta Inmediata (DRI) de la mencionada cartera informó que en Asunción y Gran Asunción la población del Programa Abrazo reportaba 253 registros (menores atendidos), de los cuales 150 niños estaban en situación de trabajo infantil. El reporte del DRI también señaló que de los 282 registros de población de pueblos originarios atendidos, 250 eran niños y adolecentes.
“La cantidad de niños en situación de calle descripto en este informe es estimativo, ya que el abordaje del DRI es realizado en Asunción y Gran Asunción, y principalmente la población de pueblos originarios mayoritariamente no cuentan con cédula de identidad”, explicó Leticia González, coordinadora del DRI, en uno de los informes.
Agregó que el abordaje en calle y protección inmediata es un aspecto puntual de la presencia del Estado, que debe ser acompañada por la presencia efectiva de otras instituciones estatales en las comunidades de origen con políticas públicas integrales que prevengan la migración a la ciudad y la exposición de los nativos en las calles. La funcionaria señaló que la iniciativa debe ser encabezada por el Indi.
La mayoría está en la pobreza
Según Unicef, entre los niños indígenas la pobreza afecta al 77%. En el Paraguay viven un poco más de 115.000 nativos, distribuidos en 19 etnias, según sus lenguas. En el Chaco, donde vive casi la mitad de los pueblos originarios, el mayor problema que afrontan es la falta de agua. Se estima que 3.500 nativos viven en los alrededores de las ciudades de Asunción, Luque, Mariano Roque Alonso, San Lorenzo, Lambaré, Ciudad del Este, Encarnación y Coronel Oviedo. Están en precarias carpas y sin el acceso a los servicios básicos.