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Junto al profesional, según la médica, llegan pacientes no solo del Mercosur. Recordó que cuando trabajó con él como residente recibían pacientes hasta de Israel para operarse, debido a su fama, su conocimiento y porque fue el precursor de muchas técnicas quirúrgicas que antes no se hacían y que él las fue creando para salvar más vidas.
“Es importante que venga a transmitirnos su experiencia de patologías que todavía nosotros vemos con muy bajo volumen, pues somos solo 7 millones de habitantes y lógicamente la frecuencia con que vemos es mucho menor”, explicó. Al respecto agregó que se llevaron a cabo cirugías que no realizaban, como reparar la válvula mitral, en vez de reemplazarla por otra artificial. El adolescente beneficiado con este procedimiento hizo una carta agradeciendo al profesor su venida a Paraguay, y pintó en ella una bandera de Brasil, que lo emocionó.
“Como país seguimos en deuda con los niños enfermos del corazón. Nacen cada año 1.700 niños cardiópatas, y de ese grupo 50% necesitarán cirugía dentro del primer año de vida. Sin embargo, desde hace seis años en que se instaló el Programa de Cirugía Cardíaca en el Acosta Ñu, solamente tienen capacidad para operar a tres niños por semana”, señaló la profesional.
Una de las mayores trabas es que solo cuenta con cinco camas para terapia intensiva y cuatro de terapia intermedia, que siempre está lleno. Garay dijo que lo ideal es tener 30 unidades, 50 por ciento intensiva y 50 intermedia. Además de costosos insumos y medicamentos, muchos de ellos proveídos por la Fundación Ceci.