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Esos espacios verdes que contaban hace una década atrás con plantas de todo tipo y frondosos árboles, hoy están cubiertos por casillas precarias de unas 200 familias que huyeron del agua tras la inundación de sus viviendas encajonadas entre la avenida Costanera I y el casco histórico de la ciudad.
Los damnificados invadieron los pocos espacios públicos del centro histórico con sus animales domésticos: perros, cerdos, pollos, etc., provocando un serio problema ambiental y social a la Madre de Ciudades. Asunción no puede ofrecer nada atractivo a los turistas foráneos y nacionales en estas fiestas patrias. Solo podrá mostrar sus sucias plazas y la miseria de las familias invasoras.
La Plaza de la Democracia, la Plaza de los Héroes, Mariscal López, entre otras también están invadidas por vendedores informales, lomiteros, yuyeros, lo que aumenta su pésima imagen.
La Municipalidad no cuida las plazas. Tampoco ejecutó programas sociales para liberar los humedales y detener su invasión. El Gobierno Central sí lo hizo, pero sus proyectos estuvieron plagados de corrupción. A un grupo le indemnizó, lo que permitió una mudanza temporal. Pero hoy día varios de esos que recibieron dinero por la Costanera están de nuevo en las plazas.