Cargando...
Estudió biología porque le gustaban las plantas, quería ser botánica, pero en medio de la carrera tuvo un cambio: se interesó por las arañas durante la materia artropodología (estudio de los artrópodos). “Ahí conocí de qué se trataban y el papel que cumplen en el ecosistema. Recuerdo bien que fue John Kochalka, curador del Museo Nacional de Historia Natural del Paraguay, quien nos dio la clase de arañas, y me quedé maravillada”.
Según Carolina, “la Biología es una ciencia imprescindible para cualquier tipo de decisión que el Gobierno o las iniciativas privadas tengan que tomar. Actualmente el Paraguay está en una etapa de crecimiento en infraestructura y en producción agropecuaria, y todas las actividades que dependen de eso deben tener un conocimiento fuerte en biología, específicamente en ecología. Un ejemplo es la deforestación”.
En el 2011 la OEA hizo su primera convocatoria de maestría en Brasil, en asociación con el Grupo Coimbra de Universidades Brasileras (GCUB), recuerda nuestra entrevistada. “Cuando me enteré de que fui seleccionada con otras 50 personas de diferentes países, me sentí muy feliz, no podía creer. Me eligieron un orientador con laboratorio en la Universidade Estadual de Campinas (Unicamp)”.
Terminó la maestría a principios del 2014, y decidió seguir con el doctorado. “Quería seguir como alumna del programa de Ecología de la Unicamp, con mi mismo orientador, estudié muchísimo para rendir el examen de ingreso en Campinas. Rendí e ingresé. Comencé el doctorado en marzo del 2015, ya como alumna del instituto de Biología de la Unicamp, y terminaré a finales del 2018”.
Las arañas
La estudiosa de las arañas comenta que “son animales fenomenales, depredadoras voraces de varias especies de insectos, otros arácnidos e incluso pequeños vertebrados. Ellas regulan las poblaciones de insectos, especialmente los herbívoros y favorecen a las plantas. Además de ser depredadoras de insectos, ellas son alimento de aves, murciélagos, lagartijas y otros vertebrados, escorpiones y arácnidos. Cumplen un papel muy importante en la regulación y mantenimiento de las interacciones alimentarias dentro de los ecosistemas terrestres”.
Muy segura afirma: “Las arañas no me dan miedo en el sentido de que sé que no me harán daño si las dejo en paz. El ser humano quiere “humanizar” a los animales salvajes. A ellos no les importa que vos los quieras o sientas cariño por ellos. Van a actuar de acuerdo a las circunstancias, si se sienten agredidas, se defienden; si se ven amenazadas, se defienden; si tienen hambre, cazan; si están parasitadas, pueden ser impredecibles”.
La ecología como tema
Carolina se está formando como investigadora científica en el área de ecología y al volver piensa que su principal aporte será contribuir con las investigaciones científicas, que tiene su principal cuna en la universidad. “La producción científica que salga de estos estudios será de crucial importancia para la toma de decisiones tanto de iniciativas estatales como particulares. El problema es que en nuestro país, todavía no se le da mucha importancia a la ciencia, aunque ya está habiendo un cambio, como por ejemplo los fondos del Conacyt y las becas Carlos Antonio López. A pesar de mi formación como investigadora, no quiero limitarme a eso”.
Está consciente de que le será muy difícil hacer investigación, tal vez tarde años. “Pero eso no me va a limitar, puedo contribuir haciendo el catálogo de arañas del Paraguay, algo que ya estaba haciendo antes de viajar al Brasil. También enseñar e incentivar el amor a la ciencia para el desarrollo de nuestra sociedad. Lo que más me interesa, es trabajar con las comunidades del interior”.
A los jóvenes que quieren estudiar biología Carolina les dice: “¡ánimo! Es una carrera fascinante y muy diferente, para gente que no es egoísta y que desea un futuro para el mundo”.
mirtha@abc.com.py