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El acto de la consagración diaconal tendrá lugar a las 11:00 en la Catedral Metropolitana. Lo presidirá el arzobispo metropolitano, monseñor Pastor Cuquejo.
“Es una gracia servir a la Iglesia en esta época en que se impone el materialismo”, indicó Bernardo Figueredo, uno de los futuros consagrados.
“Como diácono quiero trabajar en las comunidades porque mucha gente rezó por mí para alcanzar esta gracia”, sostuvo Ramón Karabia.
Para Jacinto Yambay, el apoyo de la familia fue fundamental “y en adelante seguiré llevando la palabra de Dios a los lugares más necesitados”.
Celio González apuntó que los diáconos son servidores del pueblo de Dios. Agregó que tienen muchas experiencias familiares que van a compartir para que la Iglesia se fortalezca.
Alfredo Godoy relató que el domingo pasado, cuando el párroco invitó a su comunidad a participar de la ordenación, los presentes tras la misa se acercaron para saludarlo y manifestarle su apoyo por la consagración.
“He decidido ser diácono porque siempre trabajé en la Iglesia. Ahora cambia mi vida y trabajaré más con el párroco en la evangelización”, apuntó Víctor Díaz.
Además de los mencionados, también será diáconos permanentes José Gerardo Balbuena, Víctor Ramón Díaz, Antonio Enz, Francisco Guerrero y Darío de Jesús Núñez.
Para recibir el orden sagrado los candidatos tuvieron el apoyo y el permiso de sus esposas, requisito fundamental para acceder a la consagración.
Entre ellos está Antonio Enz, un ciudadano brasileño que llegó a nuestro país y trabaja activamente en la pastoral de la parroquia Virgen de Nazareth.
Todos tuvieron una formación académica que duró siete años.
Misión que cumplirán en las parroquias
Los diáconos son servidores del altar. Ayudan a los párrocos en la evangelización. Pueden impartir el sacramento del bautismo y bendecir los matrimonios. Además, pueden presidir los responsos, bendecir los objetos de piedad y leer oficialmente el Evangelio durante la misa. En la jerarquía ocupan el tercer lugar después del obispo y del presbítero. Son dos los tipos de diáconos: los casados y los célibes, que se preparan para el presbiterado.