El maestro, investigador musical y director de orquesta Luis Szarán destaca que el primer Himno Nacional Paraguayo fue escrito en guaraní, en 1831, por el poeta paraguayo Anastasio Rolón con el título Tetã Purahéi.
“Según Manuel Gondra, fue el doctor Francia quien quiso un himno en guaraní. Posteriormente el presidente Carlos A. López lo tradujo y lo presentó como Himno Nacional Paraguayo, publicándose luego en la edición N° 2 de El Paraguayo Independiente, del 3 de mayo de 1845. Nuestro Himno actual fue publicado recién en 1853 en El Semanario, ocho años después del auténtico primer Himno Nacional”, apunta Szarán.
El primer Himno Nacional Paraguayo escrito por Anastasio Rolón y traducido del guaraní dice:
Nuestros brazos, nuestras vidas
a la Patria son debidos:
no serán impunemente
sus derechos ofendidos.
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El león del Paraguay
rugirá fiero y sangriento
contra cualquier enemigo sea pérfido o cruento.
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A nuestros hijos daremos
alta Patria preciosa;
esclavos nunca seremos
de prepotencia orgullosa.
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Primero se ha de acabar
la Paraguaya Nación
antes de sufrir avilatada
la extranjera opresión.
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Paraguayos valerosos,
¿queréis insultos sufrir?
¿perder el nombre y la gloria
o antes mil veces morir?
¡Morir, morir, morir!
Y que retumbe grandioso
el eco del pueblo fuerte
¡Magnánimo y brioso!
Los estandartes tremolan
en los pulsos belicosos:
los cañones ya vomitan
marciales golpes rabiosos.
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Y la Patria independiente
ya no es más contestada;
la Victoria declaróla
justa, ovante, respetada.
(Coro)
Viva nuestra independencia,
nuestra patria gloriosa
siempre sea soberana
siempre sea majestuosa.
El legado de Talavera
El maestro Luis Szarán resalta que el Himno patriótico escrito por el poeta paraguayo Natalicio Talavera en plena Guerra de la Triple Alianza es uno de los más briosos e incluso quiso impulsar, junto al desaparecido periodista Helio Vera, un proyecto para promocionarlo y para que se vuelva a cantar en las escuelas.
La obra de Natalicio Talavera, escrita en 1864, que lleva por nombre “Himno Patrio”, fue publicada en el mes de octubre de 1867, en el periódico nacional El Centinela y dice así:
¡Paraguayos!, corred a la gloria y colmad vuestra patria de honor, inscribiendo, al luchar, en la historia nuevos timbres de noble valor.
El feroz y cobarde enemigo, que cien veces tembló a nuestra vista, viene audaz a buscar la conquista de la tierra que el cielo nos dio; ya sus pasos resuenan confusos, ya se escucha salvaje alarido: ¡Paraguayos! el suelo querido, el infame agresor profanó.
Del vivac donde cuenta sus glorias esforzado y valiente guerrero, y do aguza constante el acero contra el vil y perverso invasor, ¿no observáis al contrario insolente? ¿no miráis ya sus tiendas plantadas?
¡Extinguid sus feroces mesnadas de las armas al rudo fragor!
Al tañido marcial del clarín, y al clamor de la guerra horrorosa, se levanta gigante y hermosa la bandera de fuerza y unión; dulce emblema de fuerza y poder, que dio patria y honor a esta tierra; en la lucha, en la lid, en la guerra invencible te ostentas León.
Este suelo inocente y hermoso, que al gran río le debe su nombre, es la tierra gloriosa en que el hombre con su sangre le dio libertad; aquí alzó la justicia su trono levantando su espada iracunda; aquí el siervo la infame coyunda en corona trocó de igualdad.
De la patria los templos y altares, si es forzoso con sangre reguemos; y en sus aras de hinojos juremos ¡morir antes que esclavos vivir!
Desplegada en los aires se mira, de los libres la hermosa bandera, sus colores mostrando altanera, del rubí, del diamante y zafir.