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“Hace casi 200 años, el filósofo inglés Jeremy Bentham dijo: ‘La pregunta sobre los animales no es si pueden razonar, ni si pueden hablar, sino si pueden sentir’, han pasado varias generaciones y evidentemente ese mensaje tan sencillo y claro no fue plenamente comprendido”, inicia el Dr.Vautier, acompañado de la Lic. en psicología Susana Aspitia, ambos trabajan en el proyecto llamado: “Las mascotas, el bienestar animal y la educación en valores”. Para los profesionales es con los niños con quien hay que trabajar: “Debemos estimular desde las aulas el desarrollo de conductas que fomenten el protagonismo de los niños, pero no solo con aspectos técnicos sino también la formación en valores; y a través de ellos al logro del bienestar animal, la tenencia responsable de mascotas y la prevención del maltrato”. Según nuestros entrevistados, impartir una educación humanitaria permitiría encontrar soluciones partiendo de los derechos humanos, la preservación del medioambiente y el bienestar de los animales, temas que, interconectados, dimensionan una sociedad justa y saludable. El proyecto desarrolla cuatro elementos: 1) Brindar información, 2) Fomentar la curiosidad, creatividad y pensamiento crítico, 3) Inculcar respeto y responsabilidad; 4) Enseñar a tomar decisiones que beneficien a uno mismo, a los demás, a los animales y al planeta, dando el poder a los niños de crear un mundo más humanitario.
El doctor Horacio Vautier es conocido por dirigir el programa de esterilizaciones solidarias, para animales rescatados y de zonas de bajos recursos.
–¿Cómo nace este proyecto?
–H.V: Nace en el año 2005 en la provincia de Río Negro (Patagonia, Argentina), básicamente referido a la tenencia de mascotas y bienestar animal, como respuesta a la gran cantidad de animales sueltos en la vía pública (con y sin dueño). En el 2015, en Paraguay se incorpora al proyecto la Lic. Aspitia y la educación en valores es incluida en la temática.
–Suena interesante y urgente. ¿Lograron el apoyo de alguna institución?
–H.V.: Estamos recibiendo ayuda de, por ejemplo, las municipalidades de Curuguaty –donde ya fue declarado de interés por la Junta Municipal–, Pilar y Asunción, para poder implementarlo en la jurisdicción respectiva. En el caso de Curuguaty fue muy importante la gestión del grupo S.O.S. Animal, en Pilar del grupo San Francisco, en Ayolas el grupo Rescate & Adopción realizaron acciones directamente en escuelas. Porque el proyecto se desarrolla capacitando a los maestros de escuelas primarias.
–Y lo económico, ¿ganan para volver a invertir?
–S.A.: Estamos en los inicios, manteniendo reuniones con directivos, docentes y funcionarios municipales. No hay rédito económico, nuestro trabajo se vincula directamente con el voluntariado.
–Amar a los animales es muy noble, pero requiere sensatez y equilibrio. ¿Cómo se trabaja esto en el niño?
–S.A.: La brecha animal-humano no es tan grande como se pudiera suponer. Partiendo de la idea estructural de que el animal es un ser sintiente con necesidades básicas igual a las del hombre, es fácil ponerlos en situación y crear empatía. Trabajando desde esto, los niños descubren que los animalitos sufren de abandono, se entristecen, demuestran alegría, afecto y piden atención. También se alimentan, enferman y buscan abrigo como los seres humanos. Entonces, aprenden a través del vínculo con las mascotas cómo se vivencian los valores y las conductas, y lo hacen de una manera práctica, vivencial, concreta, lo que facilita su incorporación.
–Tomando el dato que las personas agresivas tienen antecedentes de haber maltratado animales, ¿tendríamos en Paraguay una mayoría potencialmente peligrosa?
–H.V.: No sé si la mayoría, pero no es menos cierto el alto índice de maltrato infantil y otras conductas delictivas que nos están alertando que algo no anda bien. Si la sociedad es violenta con los animales va a reproducirla con los más desvalidos. Nosotros queremos educar sobre la tenencia responsable de las mascotas y la visión sobre todos los animales. Hay que cambiar la mentalidad del maltrato, hay que dar un salto, humanizar la visión del hombre hacia el animal.
La tenencia responsable es una manera de oponer actitudes asertivas y positivas al maltrato y la violencia que se ve en lo cotidiano con las mascotas, pero la violencia se expresa también contra otros animales y de diferentes formas: juegos con honditas, animales abandonados, animales en zoológicos, circos y distintos cautiverios.
–Resumidamente, ¿cuál serían los ejes de este trabajo en teoría y práctica?
–S.A.:“Los animales sienten” el respeto, la responsabilidad, la empatía. En la práctica, que los niños lleven a la máxima expresión su curiosidad y creatividad, y que lo aprendido sepan transmitirlo a su familia, amigos, vecinos. Porque si bien se está formando a los “futuros ciudadanos”, los niños pueden ser actores sociales hoy.
–Imagino que las charlas con los niños son puro dinamismo y sobradas anécdotas.
–HV: Sí, por ejemplo, hace unos días tuvimos un lindo encuentro con los niños del hogar San Vicente de Paul, del barrio Tablada Nueva de Asunción, en un clima de mucha libertad, buscando justamente la participación espontánea de los chicos, haciendo preguntas, marcando sus intereses, expresándose de acuerdo a como ellos se sienten más a gusto, pintando, dibujando, creando alguna letra de canción, hablando con gente de su comunidad. Nosotros fuimos el disparador y ellos fueron sacando sus propias conclusiones. Este grupo, que se autodenominó “Los Yaguaretés”, ya está integrado al programa educativo global Roots & Shoots (Raíces y Brotes) del instituto Jane Goodall, presente en 130 países y conformado por 14.000 grupos de niños y jóvenes.
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