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“En la Navidad celebramos el nacimiento del Niño Jesús en la ciudad de Belén. Sabemos que sus padres vivían en Nazaret, pero como hubo una orden para que todas las personas fueran a sus lugares de origen con motivo de un censo y como José era descendiente de David, lleva a su esposa María a Belén, y en esas circunstancias, nace el Niño Jesús”, comenzó diciendo el sacerdote franciscano Mariosvaldo Florentino.
Explicó que el 25 de diciembre, origen de esta fiesta, es celebrado por los católicos recién desde el siglo IV. Antes de esto no había una festividad que recordara el nacimiento de Jesús. Sin embargo, la necesidad de organizar el año litúrgico llevó a programar el nacimiento en un pesebre de Belén.
Calificó aquella encarnación de Dios como un nacimiento pobre, porque al no haber hospedaje, tuvieron que refugiarse en un establo.
Al referirse a los orígenes del pesebre o la representación del Nacimiento, indicó que San Francisco de Asís, dos años antes de su muerte, ideó celebrar la Navidad con la representación, lo que hoy decimos un pesebre viviente.
“Él quería ver con sus ojos cómo fue el nacimiento del Niño, lo que sufrió y toda la pobreza que lo envolvía”, remarcó.
Agregó que celebrar la Navidad es esto, contemplar el misterio de Dios que se hace pequeño, que se hace pobre. “Fue muy importante que Jesús haya nacido en un pesebre porque no fue excluyente. Si Jesús hubiera nacido en un palacio, ciertamente los pobres no irían a visitarlo, ni adorarlo, tal como sucedió”, resaltó.
Por esto, Florentino cree que adornar mucho el pesebre y no optar por una característica sencilla, es desfigurar la Navidad y hacer que pierda su sentido profético.
“Otro problema es la comercialización de esta fiesta. Hay mucha gente que prefiere hablar de Papá Noel, que es un símbolos del comercio, que hablar del Niño Jesús. Para eso crearon a este personaje, que busca restar protagonismo al Niño Jesús. Busca la descristianización de la Navidad”, apuntó.
El sacerdote considera que los católicos deben redescubrir la fuerza de la Navidad, como un evento de encuentro con Dios, de ángeles que cantan porque nació el Salvador y que es visitado por los pastores, que en aquél tiempo no eran tan queridos por los religiosos de turno porque no cumplían tanto las leyes, pero fueron los primeros en acoger la invitación de los ángeles y fueron a reconocer y adorar al Niño Dios.
En el contexto del Jubileo de la Misericordia, el religioso franciscano indicó que la Navidad debe tener esta característica, cual es la misericordia. Por tanto la Navidad es ir al encuentro de los hermanos necesitados. “Primero debemos acoger el perdón que Él nos trae y segundo dar ese perdón a quien nos haya ofendido, tiene que ver también con la compasión y eso significa ir al encuentro del hermano que sufre, de aquél que está necesitando de nuestra ayuda”, afirmó.
Damnificados
Florentino recordó que el Paraguay está soportando una calamidad con los damnificados. “Celebrar auténticamente la Navidad es ir al encuentro de estas personas, no solo por esta fecha. Porque de nada servirá darles un almuerzo riquísimo, pero después nos olvidamos de ellos. La cuestión no es comer bien un día. La sociedad debe ser sensible e ir al encuentro de sus hermanos, pero aún más tenemos que encontrar una política para evitar que estos males vuelvan a afectar a los compatriotas”, destacó. Abogó por una solución definitiva para que la gente no tenga que correr porque las aguas sorprenden e inundan todo. Propuso que esas personas salgan de los sitios insalubres y amenazados por la crecida del río.
Finalmente, indicó que la Navidad exige dos compromisos: socorrer en la urgencia y después presionar a los políticos para que encuentren una solución definitiva a este problema que es una úlcera que afecta a la ciudad de Asunción.
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