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Si bien se comprometió con las municipalidades a reparar nuevamente el pavimento que remueve para solucionar las pérdidas de agua potable o de efluentes cloacales, sus operarios incumplen. Dejan profundos baches en los asfaltos, como ocurrió los últimos días en los cruces Acosta Ñu y Cacique Lambaré, y Av. Gral. Santos y Artigas.
Las principales víctimas del trabajo chapucero de la gente de Essap son los propietarios de vehículos. Los baches dañan los amortiguadores, neumáticos, llantas, entre otras piezas, que significan gastos extras.
Pero los operarios de la Essap tampoco reparan bien los caños rotos. No pasa mucho tiempo para que la tubería vuelva a romperse en el mismo lugar.
Sobre este punto es preciso recordar la existencia de una auditoría interna de fines del año pasado que reveló justamente la necesidad de capacitar a los operarios en este menester, pero no solo la negligencia de los obreros mencionó el informe, sino hizo referencia además a la baja calidad de los materiales proveídos por las empresas contratistas.
Decía, por ejemplo, que la calidad de los productos adquiridos por la estatal debe ser controlada con mayor rigurosidad por los funcionarios.