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Se inició en diciembre del año pasado luego de un año de paralización. El Banco Mundial detuvo su ejecución al detectar un fraude en la licitación pública internacional. Una de las empresas integrantes del Consorcio Bella Vista, la empresa norteamericana Environmental Risk Service (ERS), había presentado documentos apócrifos para ganar la licitación.
En diciembre último, luego de la rescisión del contrato con el citado consorcio (integrado por la firma norteamericana ERS y la española Magtel), representado por Javier Gala y Paola Rodolfi, la Essap otorgó la construcción de las casas a la empresa Ginsa SA.
Todas las negociaciones se hicieron con absoluto hermetismo, con el argumento de la firma de confidencialidad entre la entidad extranjera y la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap).
Nunca hubo una licitación pública. Ni se benefició a la siguiente empresa o consorcio con la propuesta económica más baja de la licitación de 2015. Es más, el contrato viejo con el consorcio Bella Vista sigue en la web de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) y no el documento firmado con Ginsa.
La obra fiscaliza el Consorcio Peyco-Elepar-ELC.
Denuncia ante fiscalía
El año pasado, cuando saltó a la luz pública la falsificación de documentos, la Essap denunció el hecho ante el Ministerio Público.
Lo hizo a principios del mes de setiembre. Pese al tiempo transcurrido, la fiscalía no realiza ni una imputación hasta la fecha.
El caso tenía la fiscala Susi Riquelme.